close

La jungla sociopolítica dominicana

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

Por: José Francisco Peña Guaba

El estudio del comportamiento animal nos permite entre otras cosas comprender el modo en que los mismos resuelven los variados problemas a los que deben enfrentarse a lo largo de sus vidas. Así como descubrir pautas que unidas a las tácticas y a las estrategias nos permiten ver cómo les favorecerán la resolución de dichos conflictos.

Se ha comprobado que la genética tanto en los animales como en los seres humanos, determina en gran parte su comportamiento, claro hay patrones que lo delimitan como el ambiente , el lugar y el entorno en que se desarrollen, porque estos pueden producir transformaciones y modificaciones que pueden hacer cambiar en parte su manera de actuar, en los humanos la capacidad total de hablar y de comunicarse, que es algo único nuestro, fortalece nuestra capacidad de pensar los que nos hace seres pensantes y el raciocinio, que nos permite deducir, algo que es fundamental para entender el mundo que nos rodea.

Aunque los seres humanos y los animales tenemos diferencias, como la capacidad de la raza humana de adquirir conocimientos y usarlos para buscar soluciones, nuestra sociabilidad y uso del lenguaje nos separa en gran parte del mundo animal, aunque guardamos verdaderas similitudes con estos que tienen que ver con nuestras necesidades básicas, ambas especies, comemos, dormimos, descansamos, la mayoría nos reproducimos y en algo que es instintivo nos defendemos y luchamos por ¡lo que es nuestro!

Tenemos iguales reacciones en distintos eventos, de felicidad, de angustia o miedo, los animales también pueden llorar tanto como nosotros, cuando se alejan de sus crías o cuando pierden un ser querido.

Hacer analogía de la política y la vida animal tiene que ver en el concepto sostenido por  el gran filósofo Aristóteles de que los animales no necesitan un monarca con poderes arbitrarios para gobernarlos, para él la autonomía es un hecho central en la política, sostiene el erudito, los animales tienen voz por medio del cual manifiestan el dolor y el placer, la diferencia con los humanos es que los animales no logran diferenciar entre lo perjudicial y lo conveniente, de formas que carecen de los conceptos del bien y del mal.

Los animales se autogobiernan y en esto se parecen a los criterios anárquicos de inadaptadas concepciones contemporáneas de la creación de un sistema autorregulado, donde en lo político y en lo social no existan organismos de dirección, ni  represivo, ni para legislar, cosa imposible de lograr entre los humanos, obligados a disciplinarnos, aunque sabemos racionalmente  lo que está bien y correcto, así como lo que está mal y equivocado.

En esta semejanza sociopolítica entre los animales y seres humanos en nuestra singular Nación, la hacemos tomando en cuenta sólo las características, los comportamientos genéticos animal y el de los sectores o grupos humanos que se les parecen, veamos pues nuestra  Jungla Sociopolítica y en ella la fauna Dominicana:

Iniciamos con el chimpancé que es el animal que más se parece a nosotros, se ha comprobado que tiene más del 90% de genoma humano, son animales inteligentes y conservan un orden social dentro de su grupo, por las similitudes todos de una forma u otra nos parecemos en forma de vida, en hábitos y costumbres, ellos principalmente son vegetarianos y nosotros carnívoros, aunque eso no impide similitudes con la raza humana, claro está, estos se parecen aún más “a los oportunistas” que viven saltando de rama en rama, (o sea de Gobierno en Gobierno) con sus caras frescas y siempre muy simpáticos.

La jirafa, que alcanza una altura de 3.8 hasta 4.7 metros de altura que se parece mucho  a nuestra encopetada sociedad civil, se alimentan de hojas de los árboles (siempre con los que están arriba) comen mucho hasta 63 Kg. de hojas y ramas por día (por eso no se sacian) Su extrema agudeza visual de largo alcance los ayuda a seguir el rastro  a otras en todo el entorno (para mantenerse en contacto siempre ) y les permite comunicarse con otras jirafas (siempre entre ellos) varios kilómetros, duermen poco tiempo solo 2 horas en periodos de unos 10 minutos (por eso siempre está atenta a todo) pero no por altos son débiles, sus patas pueden medir hasta dos metros y funcionan como armas de defensa, tienen fuertes músculos y pezuñas bien afiladas para protegerse de los depredadores (ya que pueden pelear con cualquiera, no lo duden).

Los lobos son como nuestra especial oligarquía que nunca actúan de manera separada, y sus integrantes siempre en manada, lanzan sus aullidos para reunirse (para coordinar defender sus interés), tienen entre ellos jerarquía social, en donde los más fuertes  (los más adinerados) son los ganadores, por ende son los jefes de la bandada, son astutos y utilizan su cerebros para hacer estrategia perfectas para atrapar a sus presas (como en este caso al pueblo).

Las mambas que son serpientes venenosas se parecen a los prestamistas, usureros y banqueros, que van velozmente tras sus víctimas (la gente a las que quiebran  hasta  asfixiarlos) se esconden tras los árboles y su veneno contiene neurotóxicas que pueden ser fatales a los que no tienen acceso al antídoto (que es el dinero para pagarles sus altísimos intereses).

Los guacamayos es un ave de la familia de los loros de plumaje vibrante y colorido (se parecen mucho a los popis) tienen picos grandes y poderosos, son muy inteligentes ya que aprenden rápido y a los 7 meses repiten palabras,  al año pueden entender más o menos lo que se les dice, y  logran tener un vocabulario de hasta 30 palabras (la mayoría de los popis están bien formados y se expresan  muy bien) vuelan largas distancias para alimentarse (van a donde sean necesario para lograr un espacio) y usan sus dedos para agarrarse bien de la ramas para no caerse (sobre todo del gobierno) y tienen capacidad para sostener y examinar objetos (no se les va una) y lucen colas muy elegantes que son típicamente muy largas (siempre vestidos  al último looks de la moda).

Los elefantes se parecen al Gobierno son los más grande de la especie animal pueden medir casi 4 metros y pesar hasta 11 mil kilos, tienen comportamiento asociados a la inteligencia como el duelo, el altruismo, adopción, compasión,  (así actúan los Gobiernos) tienen una piel gruesa (para que no le molesten las críticas) tienen un cerebro inmenso que le permite percibir sonidos a distancias largas (el Gobierno todo lo escucha) una gran memoria (El gobierno tiene registro de todo y de todos) por su peso se mueve lento (por eso el refrán ”que las cosas de Palacio andan despacio”), ingiere diariamente  hasta 200 Kg. de hierbas, cortezas y arbustos (igual que el Gobierno que es de alto consumo) por su fortaleza y condiciones está claro que el elefante es el verdadero “Rey de la jungla ”.

En nuestro país tenemos aves endémicas muy autóctonas, que se parecen por sus particularidades a nuestra comunidad mediática (periodistas, comunicadores, opinólogos y bocinas), los hay muy  ruidosos como la cigua palmera, los hay monotemáticos y repetitivos  como las cotorras, algunos son del color del perico (como la marcha verde) los hay “juchos” como las lechuzas y el búho, pero también  los hay rapaces como el gavilán, y como en todas las especies existen nobles  que son pasivos y de vuelo corto como el pájaro bobo.

Pero la mayor variedad de animales se parecen a la diversa clase política nuestra, los hay muy lentos como el hipopótamo (como algunos minoritarios), los hay que son depredadores (que se benefician del trabajo ajeno) como las panteras, así los hay nocturnos y furtivos como los leopardos (que solo están  tranquilos de  día), hay que por conseguir un cargo público se arrastran más que un cocodrilo y también los hay grandes y bulteros como los gorilas, los hay leones que como reyes de la jungla,  orgullosos  se presentan con la fuerza del pueblo y los hay caraduras que no les importan  crítica alguna  porque tienen armadura como los armadillos, pero penosamente quedan  pocos  (que son desagradecidos y desleales) agresivos, traicioneros y carroñeros como las hienas, que se les conoce por sus tenebrosos  aullidos y están los que como las pirañas se abalanzan hacia el Gobierno para en grupos al servicio de  empresarios, lobbistas y contratistas, depredar el erario público hasta dejarlo en los huesos.

Pero no hay en el reino animal ninguno que se parezca más al pueblo que las hormigas, porque las hay en miles de especies y en millonarias cantidades, e igual que la gente, las hay depredadoras, carnívoras y herbívoras, son cooperativas y laboriosas como la mayoría de nuestros humildes ciudadanos y se les    reconoce por el sacrificio al bienestar colectivo. Tienen jerarquía social, en donde cada quien cumplen con su misión, la madres que son reinas tienen el cometido de ser fecundadas y los machos a fecundarlas, las hay soldados que están para cuidar las otras y protegerlas de  los otros insectos, pero la mayoría son obreras que aunque son las más comunes son las más diligentes, todas son territoriales y por su espacio están dispuesta  hasta  ir a la guerra, también las hay venenosas aunque no letales, como muchos en nuestro  país. Se sabe que  están zoológicamente emparentadas con las abejas y las termitas, (que también son trabajadoras) aunque muchas personas en vida light se parecen a las cigarras porque son flojas y facilistas.

Las hormigas son una excelente analogía para el camino hacia el éxito, pasarán por encima, por debajo, alrededor o por cualquier cosa que se interponga en su camino, así deben ser los pueblos nunca deben desfallecer y mantenerse siempre en  movimiento, pero en unidad y en solidaridad, no como en nuestro inequitativo sistema   capitalista y  degradante, donde el egoísmo campea, ojalá fuéramos como la civilización de las hormigas que actúan siempre  en  beneficio de su comunidad  y  no sólo  para  sí  mismas.

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page