Hoy es sábado 12 de septiembre 2020, el “Quédate en casa” es común para el amante del hogar, lugar más placentero. Así pienso y grabo lo que me enseñó el tiempo pasado.
Los largos años nos han entregado la paz y alegría como el mejor medicamento.
Durante los 14 años consecutivos de director y maestro de la Academia Naval, veía en los Guardiamarinas la ansiada, amada realización. Recordaba cuando yo viví esos años y me impulsaba, me acercaba más a ellos en la acción de la formación de su carácter, lo esencial en el humano y más en el oficial naval que entregaba su vida al deber cumplido.
Ahora estoy sonriendo recordando la mañana de regreso del partido de tenis; como siempre rostro agradable del sacerdote Francisco Xavier Colino, me dice: Néstor yo soy un multimillonario, Dios nos acompaña cuando hago lo que me gusta sin perjudicar a nadie. Le dije, y yo por estar a su lado también tengo la riqueza de su enseñanza. Lo que me contó del encuentro o llamado de Jesús a Zaqueo es mucho lo que nos enseña. Vaya me dijo. Yo palpaba, sabía bien tu alegría, tus ojos me hablan. Al llegar a su residencia la casa de los Jesuitas. Vaya hoy te volví a ganar y le dije y yo goce lo infinito al verlo contento. Adiós ganador, él sonrió.
Como estamos en días alegres por el regreso de la diosa de la Justicia a esta amada patria los dejo con Platón: “La Ley no da los mismos derechos al pobre que al rico”. Veremos si recordamos la sentencia de Tito Livio: “Ninguna Ley puede contestar a todos”.
Creo que veremos pronto la sentencia de Gumersindo de Azcárate: “La Ley debe ser ciegamente respetada y libremente discutida”.
Consérvense bueno, unidos a las cinco actitudes de Dios. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
