Por Ramón Darío Jiménez, escritor
Fui de los primeros en solicitar que al recién electo presidente Luis Abinader, se le concediera la gracia de los cien días en el poder, antes de cuestionarlo.
Pero por la intensidad de sus ejecutorias, unas acertadas y otras no, se puede concluir que no hace falta que se cumplan los cien días para hacerle algunos cuestionamientos.
Me cuento entre los votantes que, sin ser perremeista, ni simpatizante de Abinader, les presté mi voto para expulsar al PLD del poder.
Después de más de dos meses al frente del estado, la Comunidad Dominicana en Puerto Rico no cuenta con un cónsul, producto del cambio de gobierno.
Las respuestas a esta situación han sido excusas, más excusas, evasivas y cero soluciones.
Aunque la dirigencia y militancia del PRM en Puerto Rico luce desalentada y molesta, ninguno se atreve a enfrentar a su gobierno para no caer en desgracia al momento de considerarse a algunos de sus miembros para alguna función pública.
Como yo no tengo nada de buscar, ganar o perder, levanto mi voz de alerta en favor de quienes sacrificaron tiempo, familia y dinero para llevar al poder al partido y a su presidente y, quienes, como agradecimiento, reciben el menosprecio de sus líderes compañeros de lucha.
Aunque me arriesgo a ser desautorizado, porque nadie pidió mi intervención en este asunto, me reafirmo en lo que expongo ya que esta situación no sólo afecta a los perremeistas, sino también a toda nuestra comunidad a la que sirven los cónsules y otros funcionarios.
Aunque el Cónsul Grullón, designado por el PLD, está cumpliendo con las funciones consulares, es de justicia que sea un perremeista quien desempeñe esas funciones.
Pregunto: Si los cónsules, Andrés Moreta Damirón, Rolando Acosta, Eladio Espinal, Julio César Santana, Fondeur, Grullón y otros, afiliados a diferentes partidos políticos dominicanos, eran todos residentes de Puerto Rico, ¿por qué el PRM se aleja de esa práctica, que tiene como base sustentatoria lo contenido en el párrafo del articulo 20 de la Constitución de la República, menospreciando a los líderes de su organización política descalificandoles para el cargo?
Esperamos respuesta. ¿La habrá? Veremos.
