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Punta Catalina: urge su conversión a gas natural

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República Dominicana ha estado inmersa durante los últimos años en un proceso de transformación hacia otras fuentes de energías sostenibles, amigables al medioambiente; sin embargo, mantener la Central Termoeléctrica Punta Catalina trabajando a carbón mineral, significaría un retroceso, por lo que expertos recomiendan su conversión a gas natural, pues no todas estas energías alternativas proporcionan soluciones eficientes ante el cambio climático.

En la actualidad, las plantas de Punta Catalina utilizan como combustible el carbón, combustible que libera más dióxido de carbono que otros combustibles fósiles, así como niveles relativamente altos de otros contaminantes como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y cenizas tóxicas que contienen mercurio, selenio, boro, óxido férrico, alúmina, óxido de titanio, óxido de calcio, magnesio, azufre, óxido de potasio, óxido de sodio, anhídrido fosfórico, arsénico y sílice, elementos altamente tóxicos para la salud humana, animal y vegetal.

Recientemente, se observaron las montañas de cenizas tóxicas que produce la Central Termoeléctrica de Punta Catalina, las cuales han duplicado su tamaño, a pesar del riesgo que esto supone para el medioambiente, a la salud de la gente y ante la posibilidad de que esa zona sea afectada por la temporada ciclónica.

Dado que el gas natural emite bajos niveles de estos contaminantes, algunos expertos en energía han propuesto una mayor dependencia de esta fuente como una forma de frenar el calentamiento global, al evitar la contaminación.

En los últimos años, el carbón no solo ha sido el combustible fósil más contaminante, si no que ahora, por si eso fuera poco, es el más caro, esto por el hundimiento de los precios de las materias primas, en especial, del petróleo, refleja un análisis elaborado por la agencia especializada en información financiera Bloomberg.

El mundo está eliminando las plantas a carbón

“Un futuro sin carbón”
El carbón mineral es una fuente de generación de energía que tiene un pie en la tumba en Europa, sobre todo por la lucha en la que se han embarcado los socios comunitarios contra las emisiones contaminantes, —y el carbón emite aproximadamente el doble de dióxido de carbono que el gas natural y un 30 % más que la gasolina cuando se quema—.

Al carbón también le ha ocurrido en Europa que el incremento de los derechos de emisión ha disparado los costes de las centrales de generación eléctrica que hasta ahora utilizaban ese combustible fósil. Aunque las toneladas de CO2 son otros de los productos que, como el petróleo, se están abaratando por la crisis del coronavirus. Pero ni así evitará su desaparición progresiva en esa parte del Viejo Mundo.

El 30 de junio pasado, en España siete centrales termoeléctricas a carbón, la mitad de las que operaban, dejaron de funcionar en línea con la directiva europea sobre emisiones industriales, anunciaron las oenegés: «Un futuro sin carbón», que entre sus miembros incluye a Greenpeace.

También Chile está dando un paso de gigante en su política renovable. El país chileno quiere descarbonizar su economía.

De hecho, Chile se ha propuesto no iniciar el desarrollo de nuevas centrales a base de carbón, las cuales no cuenten con sistemas de captura y almacenamiento de carbono o tecnologías equivalentes. Además, se incluye el cierre programado de las instalaciones de esta naturaleza que actualmente existen.

En China, la Administración Nacional de Energía declaró que las casi 100 centrales eléctricas consumidoras de carbón y con las que se esperaba generar unos 1.100 gigavatios, no serán construidas y que el dinero que el gobierno pensaba invertir en ellas, se destinará a obtener energía de fuentes no contaminantes.

La agencia prevé una gran inversión en instalación de infraestructuras, que les permitan aprovechar otras fuentes, poniendo énfasis en el aprovechamiento de la energía solar, eólica e hidroeléctrica, gas natural, entre otras energías renovables.

La lista de los países que dirán adiós al carbón:

1. Alberta
2. Angola
3. Austria
4. Bélgica
5. British Columbia
6. Canadá
7. Costa Rica
8. Dinamarca
9. Finlandia
10. Fiji
11. Francia
12. Italia
13. Luxemburgo
14. Islas Marshall
15. México
16. Países Bajos
17. Nueva Zelanda
18. Niue
19. Ontario
20. Portugal
21. Quebec
22. Suiza
23. Reino Unido
24. Vancouver
25. Estados Unidos

Más costos que beneficios
La operación de Punta Catalina con carbón a largo plazo tendrá más costos que beneficios para el Estado, la población y el mundo, por los daños medioambientales que provoca el uso de este combustible fósil.

El científico estadounidense Ernie Niemi afirma que el CO2 y las cenizas que se producen con la operación de Punta Catalina, afecta al sector agropecuario y al turismo, porque los mares sufrirán y esa producción de dióxido de carbono se unirá a la producción mundial, lo que finalmente afectará a todo el planeta.

Montañas de cenizas producidas por Punta Catalina pone en riesgo la salud de la gente

Valor del gas natural vs daños del carbón
La conversión de Punta Catalina a gas costaría entre 300 y 485 millones de dólares, mientras que los daños del carbón, por un solo año superan los US$1,300 millones.

Niemi ofreció en el país el años pasado la conferencia “Punta Catalina, Beneficios y Costos”, durante el mismo acto en el que fue presentado el estudio “Viabilidad técnica y económica del cambio de uso de gas natural en lugar de carbón en el proyecto termoeléctrico Punta Catalina”, elaborado por Mark L. Chernaik, de la Alianza Mundial de Derecho Ambiental.

Enrique de León, del Comité de Lucha contra el Cambio Climático, ha dicho en varias ocasiones que el país se beneficiaría enormemente si cambia Punta Catalina a gas, porque se ahorraría costos que la población pagaría en enfermedades y daños a la producción. El tema volverá a discusión este lunes 24 de agosto en la UASD.

La mejor opción es convertir esa termoeléctrica a gas natural.

Prueba Verope
La central termoeléctrica Punta Catalina falló durante la ejecución de las pruebas del Proyecto de Verificación de Restricciones Operativas (Verope), fundamentales en la determinación de los mínimos técnicos de las centrales de generación y para aumentar la eficiencia con la que opera y mejorar la confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI).

De acuerdo con un experto el Proyecto VEROPE fue dividido en varias partes y los consultores contratados para ejecutar esta parte fueron profesionales locales; el financiamiento provino de fondos de los agentes de dicha central; y esta fase fue liderada por ingenieros externos, en combinación con la Superintendencia de Electricidad.

En una segunda parte se revisó la potencia efectiva, rendimiento y curvas de eficiencia, pero, de acuerdo a la fuente, Punta Catalina II no pasó ninguna de estas pruebas.

“Estas pruebas no son nuevas en el país. En el año 2010 se realizaron pruebas técnicas de la primera parte del proyecto VEROPE, incluyendo los mínimos técnicos de operación, para las centrales termoeléctricas del SENI: Estrella del Mar, Estrella del Norte, La Vega, Monte Río, Palamara, Pimentel 11, y Sultana del Este”, sostuvo.

¿Qué se analiza?
“La capacidad nominal, el tipo de unidad, tipo de ciclo, tipo de modalidad de la planta, combustible principal, combustible alterno, rampa de toma de carga, rampa de bajada de carga, carga sincronizante, tipos de arranques, tiempo mínimo de permanencia en línea, tiempo mínimo entre parada y arranque”, añade.

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