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Meditabundo: Cortos

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Las singladuras en el mar de los Tainos me hicieron feliz siempre que disfrutaba el espectáculo del cielo y de la costa amada y mi capitán maestro John Percival  por muy amable que quisiera ser, siempre había en él algo que inspiraba respeto. Lo vivía como mi maestro incansable.

El que no estudia por principios, se interesa mucho por lo curioso y extraño; no conoce los detalles salientes y nuevos. No desea conocer las personas con quienes trata.

Muy frecuente se me presenta en las neuronas mi maestro de literatura., 2do año de la escuela secundaria doctor Don Julio D`Windt Lavandier, hombre espiritual, pausado. Nos inclinábamos a el encanto de su enseñanza, palabras sabias muchos más se descubrían en él otras sublimes cualidades más sólidas que ligaban y nos sentíamos más seguro de su enseñanza. Médico conjugaba su amor y su conocimiento literario. Yo me disgustaba por el sonido del timbre que lo detenía. Siempre se despedía con la misma sonrisa que legaba, cuyo afecto nos entregaba un tranquilo receso. En mi interior lo tenía y recuerdo como Gloria Literaria.

Díganme que estoy equivocado. La patria soberana se está debilitando por la audacia planeada de las parturientas haitianas.

Los que nada tenían, ni una patineta y ahora se pavonean en lujosas jeepetas, politicastros millonarios evidencia que los impuestos que pagamos es como dicen ellos sin sonrojo “vamos a buscar lo mío”. Pero la ruina moral acorrala observando el histórico juicio Odebrecht sobornos, aunque se olfatea un No Ha Lugar por falta de pruebas…

La larga caminata llega a los 90 veranos con la no sorpresa de la verdad. Todas las relaciones no son en realidad sinceras, amistosas. Muchas tratan que de un trato pudieran tener beneficio. Sabía existía la amistad por utilidad, pero, hay muchos verdaderos amigos.

El materialismo se libertad, paz. Nada de bandera partidaria política, estos con sus hechos muestran ser clanes que cambian el amiguismo con los sucesos, que se unen por una comunidad de intereses y se apartan por rivalidades de ambición. Nada de la responsabilidades con la patria, realmente no hay fuerza entre si y menos con el ciudadano. La envidia, la mentira, como el gran maestro Epicuno enseñaba: “La vida no es vida, si no se puede reforzar el cariño de un amigo”.

El histórico juicio Odebrecht soborno nos muestra la ausencia de la responsabilidad del ejercicio de un servidor público. Donde no se práctica la moral administrativa hay  un organizado desorden, caos en todo sentido. Si estamos equivocado que lo muestren.

Leonardo Da Vinci nos dejó la verdad. “Quien no castiga el mal ordena se haga”. Consérvense bueno. Salud-alegría. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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