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La OMS recuerda mascarillas FFP2 se deben reservar a los sanitarios que atienden a pacientes

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recordado que las mascarillas del tipo N95, FFP2 o equivalentes se deben reservar a los profesionales sanitarios que atienden a pacientes con COVID-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus.

Precisamente, desde este jueves en España va a ser obligatorio el uso de cualquier tipo de mascarilla en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público, o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros. Esto se suma a la obligatoriedad de llevarlas en los transportes públicos.

«Actualmente no hay suficientes pruebas a favor o en contra del uso de mascarillas (médicas o de otro tipo) por personas sanas de la comunidad en general. Sin embargo, estamos analizando activamente los datos científicos acerca del uso de mascarillas, los cuales evolucionan rápidamente, y actualiza continuamente sus orientaciones al respecto», señala el organismo de Naciones Unidas en el informe ‘Preguntas y respuestas sobre la enfermedad por coronavirus’.

Por ahora, la OMS señala que las mascarillas médicas y respiradores del tipo N95, FFP2 o equivalentes deben reservarse para los trabajadores sanitarios ya que en la actualidad son las personas que están más expuestas al coronavirus. No obstante, recuerda que, a nivel general, su uso se debe combinar con otras medidas clave de prevención y control de las infecciones como, por ejemplo, la higiene de manos o el distanciamiento físico.

En cuanto a las personas enfermas o con síntomas de COVID-19, el organismo subraya la importancia de que se aíslen en su casa y usen una mascarilla médica de conformidad con la recomendación sobre el cuidado en el hogar de los pacientes con posible infección por coronavirus.

«Al toser, estornudar o hablar se pueden generar gotículas que causan la propagación de la infección. Estas gotículas pueden llegar a la cara de otras personas cercanas y caer en el entorno circundante. El hecho de que una persona infectada que tose, estornuda o habla lleve una mascarilla médica puede ayudar a proteger de la infección a quienes están cerca», explica la OMS.

Finalmente, señala que los cuidadores de enfermos de COVID-19 deben usar una mascarilla médica para protegerse, y sugiere que los países pueden recomendar el uso de estas mascarillas a ciertas personas pero siempre y cuando sea con un enfoque «basado» en los riesgos. Este enfoque toma en consideración el propósito de la mascarilla, el riesgo de exposición y la vulnerabilidad del portador de la misma, el entorno, la viabilidad de su uso y los tipos de mascarillas.

«Hay una escasez mundial de mascarillas médicas (tanto de mascarillas quirúrgicas como de mascarillas N95), por lo que estas deberían reservarse en la medida de lo posible para los trabajadores sanitarios. Las mascarillas no sustituyen otras formas más eficaces de protegerse a sí mismo y a los demás contra el COVID-19, como lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca con el codo flexionado o con un pañuelo y mantener una distancia de al menos un metro con los demás», zanja la OMS.

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Estudian nueva enfermedad bacteriana vinculada a los murciélagos

Un grupo de científicos está llevando a cabo investigaciones en Nueva Caledonia sobre una nueva enfermedad bacteriana que se sospecha es transmitida por murciélagos, informaron el viernes fuentes médicas.

Esta enfermedad afectó entre 2012 y 2019 a unas 15 personas, cuatro de las cuales murieron.

El murciélago, del que se sospecha podría ser la causa de la epidemia del nuevo coronavirus, es portador de muchos virus y tiene un sistema inmunológico extraordinario.

Tras registrar casos inexplicables de pacientes con pérdida de peso, fiebre, trastornos hematológicos y agrandamiento del bazo, el centro hospitalario territorial (CHT) de Nueva Caledonia envió muestras al Instituto Hospitalo-Universitario de Marsella (IHU) en 2017.

 

Una bacteria -Mycoplasma haemohominis- fue entonces identificada. También se había encontrado en murciélagos, dijo a la AFP el doctor Julien Colot, del CHT.

Bautizada como fiebre hemolítica, esta nueva zoonosis afectó a 15 pacientes de Nueva Caledonia entre 2012 y 2019, cuatro de los cuales murieron. Los demás pacientes se curaron rápidamente con un tratamiento de antibióticos.

 

«Todos los pacientes menos uno habían estado en contacto con murciélagos grandes, ya sea cazando o cocinando, y la mayoría los había comido entre tres semanas y tres meses antes de la aparición de los síntomas», dijo el doctor Colot.

Este murciélago, conocido comúnmente como roseto, es un animal emblemático en Nueva Caledonia, donde se han identificado cuatro especies, tres de las cuales son endémicas. También conocido como zorro volador, este mamífero, cuya caza está regulada, es también un plato tradicional. La población tiene poco en cuenta los posibles riesgos.

Los investigadores han desarrollado una prueba para detectar esta nueva bacteria, pero los científicos quieren ahora comprender mejor sus modos de transmisión y extender su trabajo a zonas del Pacífico donde este murciélago también está presente, como Vanuatu o Wallis y Futuna.

«También se sospecha de otros reservorios de esta bacteria, como ratas, garrapatas o plantas potencialmente contaminadas por la saliva de los zorros voladores», dijo el doctor Julien Colot.

Se esperan los primeros resultados en 2021. (I).

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Estudio determina ciudades con mayor polución hay el doble de muertes por coronavirus

Un grupo de científicos italianos ha realizado un estudio para identificar la relación entre la polución y el coronavirus, obteniendo resultados contundentes, según una publicación de diario AS.

 

Ya se conocía que la contaminación únicamente genera efectos negativos en la salud de las personas y ahora se ha podido identificar que empeora la situación de quienes contraen COVID-19. Quienes viven en zonas con un aire menos limpio podrían pasarla peor al contagiarse de la enfermedad.

La investigación indica que, cuanto mayor y más constante es la exposición a partículas finas a largo del tiempo, mayor es la probabilidad de que el sistema respiratorio se encuentre predispuesto a contraer la enfermedad en su forma más grave.

Estas conclusiones provienen del análisis de los datos de todos los municipios y provincias de Italia, generando gran preocupación ya que el estudio determina que en los sitios donde el aire está más contaminado puede haber el doble de muertes.

“Nuestras estimaciones indican que la diferencia entre las provincias más expuestas al polvo fino (en Lombardía) y las menos expuestas (en Cerdeña) es de aproximadamente 1200 casos de contagios y 600 muertes en un mes, una cifra que implicaría duplicar la mortalidad «, detalló Leonardo Becchetti, uno de los autores de la investigación.

Para este científico, quien es parte de la Universidad de Roma Tor Vergata, es clara la relación que hay entre los lugares con alta polución y una mayor incidencia del COVID-19.

“El COVID-19 es una enfermedad respiratoria y pulmonar y nuestro estudio encuentra una asociación estadística muy significativa entre la contaminación, los contagios y la gravedad de los resultados de la enfermedad”, señaló Becchetti. (I).

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