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Meditabundo: Cortos

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Nos están quitando lo que creen principal, es principal para el cobrador: el dinero. ¡Qué pobres. Nada me quitan, tenemos el todo! Nuestro guía, fuerza superior en voluntad. No ven en su oscuridad interior arropada en el afán desbordado de adquirir millones. Nuestro TODO ES DIOS. Nada nos lo quitará, lo contrario, mientras más nos quitan, más unidos estamos a nuestro salvador. La diferencia es incalculable, distancia abismal, el dinero es su vida; en nosotros es ada necesitar por no tener que añadir nada.

Nuestra identificación, ser meditabundo, vital y visión entrega de nada secreto. Iluminación interior de la razón. Comunicación con el TODO que nada ignora, llena de comprensión con el sentir de los otros.

Con el bolígrafo no tengo posibilidad de elegir, surgen ideas, escribo de un material surge una corriente de palabras unidas por el interés de amar. Un lo hago, pues las neuronas fieles tienen sus rincones repletos de amores vividos ya no míos, son de todos, pasar por el cedazo de la razón que los dispersa en entrega. Ese es el inquieto, sano meditabundo que reza-escribe-pausa-reza y vuelvo a grabar. Todo en escucha: La gran voz del silencio. Que va a la conciencia, por lo que nos importa y agrada que no todo sea aceptado, es lo normal. Cada cual tiene su morada y la amuebla en armonía con su actuar interior. Confieso, la nuestra está repleta de buen humor, alegría fraterna con todos-as, en el amor que Dios nos entrega no guardamos en el interior. No es para nosotros… es esparcirlo en alegría… no se sorprendan al decirle, he aprendido en las caminatas por diferentes, lejanas latitudes cinco facetas que no se pueden ocultar… borracho-arrancao-enamorado-celoso y en lo que estoy, viejo. Cosas de las neuronas…

Que todo lo graban y lo sueltan sin avisar, es su travesura, su desecho en el tanto servir. Se cuidan, son precisas, no incisivas y en voz alta. Cuestionarse ¿Dónde está lo que siento como teología de la igualdad, la base de la democracia? No les agrada archivar la pobreza injustificada, lacerante, mortal, que se multiplica por todo el universo. Consideran que es obligación librar al hombre de cualquier manera de la miseria condición que lo maltrata. Liberarlo, integrarlo con todos sus derechos de igualdad. Por qué no escuchar, ayudar el evangelio de los necesitados. Los del sacerdote Rogelio, constante clamor por los abandonados. Llama a la conciencia, ayuda en todo sentido. El valor en sí mismo de lo humano, la vitalidad e idealismo de ser útil a los demás. Vivir lo que el trovador cantaba: “Amar es darse… que bello es vivir para amar y que grande es tener para dar”.-

Las decisiones son la increencia de la raza humana, su valor, su decencia, su humildad la han abandonado, entregado a la fuerza de la pobreza. ¡Oh Dios, la fuerza de la pobreza está acrecentando la pobreza dominicana! Ojalá no sea tarde, cuando se despierte de la maldita avaricia del capitalismo salvaje como sentenció Juan Pablo II en la Habana, Cuba.

Esto lo viví: “Los taiwaneses son felices, realizados, bajo las doctrinas del generalísimo Chiang Kai Shek y el Doctor Sun Yat-sen. Los dominicanos somos infelices en crecientes calamidades por estar de espalda, olvido. La doctrina del Padre de la dominicanidad Juan Pablo Duarte y Juan Bosch”.

Consérvese bueno…

El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana

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