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Sistema de Salud venezolano muere por las carencias

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Samuel Becerra contrajo la infección que ya había enfermado a otros en el pediátrico JM De Los Ríos, de Caracas, y al no contar con antibióticos, el niño de 12 años murió.

En el Complejo Hospitalario Universitario Ruiz y Páez, en Ciudad Bolívar, al sur del país, lo que escasea es el agua y la salubridad, relata el oncólogo Alberto Cabello. Allí, “se está tratando de hacer una medicina que es peor que la medicina de guerra, porque operar un paciente en un quirófano lleno de moscas, donde hay cucarachas, aguas negras y no hay agua para lavarse las manos, es terrible” relató a la prensa local.

Y en Maracaibo, al Oeste, la escasez es generalizada en el Hospital Adolfo Pons, donde el personal médico no logra hacer nada por sus pacientes. El pasado 27 de mayo, 15 de ellos murieron bajo la frustrada mirada de los galenos. “Los pacientes se mueren porque aquí no hay nada”, relató un médico residente del hospital al diario La Verdad.

El sistema público de salud agoniza por mengua en Venezuela, donde más de la mitad de los quirófanos no están operativos y el desabastecimiento de medicinas en las farmacias supera el 80 por ciento, de acuerdo a un reportaje del Nuevo Herald firmado por Antonio María Delgado.

Es una situación que ha llevado a la medicina venezolana a retroceder décadas, y que acarrea un elevado costo en vidas para la nación sudamericana.

José Manuel Olivares, presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional de Venezuela, dijo recientemente desde Miami que el colapso del sistema público de salud significa que enfermarse en Venezuela es para muchos de ellos una condena de muerte.

Eso se debe principalmente a que el 90 por ciento de los tomógrafos, mamógrafos, resonadores y laboratorios no funcionan en los hospitales públicos, lo que significa que, en muchos casos, no hay manera de determinar la naturaleza o la extensión de sus dolencias, dijo Olivares en un evento realizado la semana pasada por la Venezuelan American Medical Association (VAMA).

“El que no tiene plata se muere en Venezuela”, manifestó Olivares en una entrevista telefónica.

Un informe de la Asamblea Nacional muestra que el 51 por ciento de los quirófanos de Venezuela no están operativos, lo cual es una de las razones principales por las que cada uno de los centros públicos de asistencias tiene una lista de espera.

En el caso del Hospital Universitario de Caracas, el mayor del país, el número promedio de nombres en su lista de espera se encuentra normalmente entre las 10,000 y 12,000 personas, dijo.

Adicionalmente, la grave escasez de alimentos que padece el país también está afectando a los hospitales.

“De cada 10 hospitales, siete no les dan comida a los venezolanos hospitalizados. No hay comida dentro del hospital, al igual que no hay comida en las casas de los venezolanos”, manifestó Olivares.

La situación alimentaria está dejando una profunda huella en los centros de pediatría.

“La carencia de fórmula láctea en nuestras unidades pediátricas es del 74 por ciento, lo que quiere decir que nuestros niños en esos centros no tienen como ser alimentados si no hay lactancia materna”, manifestó Olivares.

Según datos publicados por la prensa local, el número de muertes entre los neonatos aumentó en un 30 por ciento durante el 2016, a un total de casi 11,500 muertes, lo que refleja la gravedad de la crisis venezolana.

El mayor número de muertes se registró en el estado Zulia (noroeste), con 1,409 casos; Carabobo (centro), 928; Aragua (centro), 888; Bolívar (sureste), 802, y Distrito Capital (centro), con 735 muertes.

Para Douglas León Natera, presidente Federación Médica Venezolana, lo que está ocurriendo es una situación inédita en la historia del país.

“No es posible entender que los hospitales estén desabastecidos al punto de que estamos ante un knockout, un cierre automático de nuestras instalaciones. Hay algunos hospitales donde literalmente no hay nada. Esto es realmente catastrófico”, dijo desde Caracas.

“Tenemos hospitales donde se mueren la gente de mengua. Y la gente que resuelve su situación, es porque el propio paciente y sus familiares y amigos hacen una recolecta para conseguir los medicamentos”, manifestó.

Y en lo que amenaza con agravar la situación general del país, la escasez de medicamentos y de dólares para importar equipos y los insumos de esos equipos, también impacta severamente a las instalaciones privadas, advirtió León Natera.

“Las clínicas privadas ya comienzan a parecerse a los hospitales por la crisis de insumos de medicamentos y ese material tan importante que son los equipos de soporte técnicos”, señaló.

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