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Hipólito Mejía cometió varios errores en su discurso

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Madrid- España.- Como dice un refrán popular, el expresidente dominicano Hipólito Mejía se defendió como «un gato a bocarriba» en su legítimo derecho a defenderse del rumor popular sobre la cuota de responsabilidad que le corresponde en los sonados casos de corrupción administrativa que ha acosado el sistema político y a la sociedad nacional en su conjunto.
 
Vimos a un Hipólito intentando pisar las nubes y subestimando la sabiduría de un pueblo que reclama “sangre en la arena” y él como aspirante a volver al poder, no quiere ser en estos momento un gladiador.
 
En ese tenor, escuchamos al exjefe del Estado desligarse de todo acto de corrupción en su gobierno y pintar al mismo, como un periodo de paz y armonía para el pueblo, echando toda la culpa de los actuales reclamos de la sociedad a los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD)… Que simpático es el ex presidente…..
 
No se puede ignorar la popularidad y la sintonía que goza el pintoresco político, pero verlo apelando hasta la incuestionable honradez familiar, no estuvo a la altura de las expectativas de su anunciada alocucion. A él, ni a su familia se le ha acusado de corrupción, pero de ahí a que quiera dibujar ante el pueblo, un espejismo de lo que fue su nefasto gobierno en todos los renglones, es un hecho constitutivo de una ingenuidad soslayaste en la ciencia ficción.
 
La primer variable que Mejía debió tomar en cuenta, es que desde su alta investidura como ex presidente de la República, le correspondía esperar con prudencia que el Procurador General de la República como encargado del Ministerio Publico, concluya con las investigaciones y actúe en consecuencia con los poderes especiales que le dio el presidente Danilo Medina.
 
El país es consciente de que según las confesiones de la constructora Obedecht y en ese periodo de tiempo, solo hemos tenido tres presidentes, empezando por él.
 
En segundo orden, Hipólito cometió un error garrafal al echar todo la culpa al PLD y sus gobiernos, criticando incluso la Ley 141-97 de Capitalización de la Empresa Pública. Una Ley que permitió al país que capital privado, re-capitalizaran aquellas empresas deficitarias que solo significaban una carga para el pueblo, como consecuencia directa de la expropiación a favor del Estado de todos los bienes del tirano Rafael Leónidas Trujillo, sus familiares y colaboradores más cercanos tras su ajusticiamiento en 1961.
 
Aquel decreto lo firmó el entonces presidente títeres, Joaquín Balaguer en su intento por congraciarse con las masas enaltecidas y permanecer en el poder.
 
Las críticas de Mejía a esta Ley demuestra un desconocimiento histórico de estos hechos y de cómo nacieron el Consejo “Estatal del Azúcar” mejor conocido como (CEA) y la Corporación Dominicana de “Empresas Estatales” (CORDE).
 
Así mismo sus infundadas críticas al sector energético, cuando se recuerda el pulso con la empresa española “Unión Fenosa” la cual tras el atropello de su gobierno en desconocer el contrato firmado de capitalización del sector eléctrico (generaración, electrificación, distribución y cobro), se vio forzada abandonar el país, no sin antes recibir una indemnización multimillonaria del Estado dominicano.
 
Así mismo a Hipólito Mejía se le olvidó los casos de las ventas irregulares de terrenos del Estado de su colaborador y amigo Víctor Tió Fernández, ex director de Bienes Nacionales, quien vendió terrenos a RD$ 5.00 el metro. De igual manera, de la muerte del Senador prerredeísta Darío Gómez en diciembre del 2011, asesinado por una pandilla de delincuentes que en ese momento mantenían la condición de presidiarios, pero que fueron sacados de prisión expresamente para quitar del medio al valiente representante de la provincia Santiago Rodríguez. Ese mismo día, Darío Gómez aprobó una Ley que endurecía las penas por los delitos de lavado de activos y narcotráfico.
 
También se le olvidó a Mejía que durante su gobierno se intentó marchar la honradez de actuales y destacados miembros del presente gobierno y ex colaborares del ex presidente Leonel Fernández, en un aberrante abuso de poder político a través del uso de la fuerza pública.
 
Y así podríamos continuar enumerando una cantidad enorme de casos que se denunciaron y que nunca el Ministerio Público investigó sobre las actuaciones de funcionarios del gobierno constitucional 2000/2004, pero que tampoco Mejía canceló.
 
Por todo lo ante expuesto, considero infundada y carente de objetividad el discurso ilusionista pronunciado por el ex presidente Hipólito Mejía. La corrupción se combate más con hechos, que con discursos. Hechos y políticas públicas como las implementadas por los gobiernos del PLD.
 
Los tres gobiernos de Leonel Fernández adecentaron la administración pública y creó gran parte de los actuales controles en la lucha contra la impunidad y la corrupción administrativa. Creo el DEPRECO, El Consejo Nacional de la Magistratura, la Carrera Judicial, las Altas Cortes y el presente gobierno de Danilo Medina también del PLD, promulgó la Ley 311-14 de Delación Jurada de Patrimonios y en el 2012, específicamente el 22 de agosto, emitió el decreto 486-12 que crea la Dirección General de Ética Gubernamental, pero en ese mismo mes, a escasas horas de jurar como presidente, Danilo aprobó en su primer Consejo de Gobierno, el Código de Pautas Éticas.
 
En conclusión, han sido los gobiernos del PLD precisamente los que han sembrado los cimientos institucionales de la lucha contra el flagelo de la corrupción y a quien en estos momentos corresponde en nombre de la dignidad nacional, darle al pueblo lo que pide y dejar caer con todas las consecuencias a todos aquellos que defraudaron el mandato y la autoridad que en su día les dio el pueblo dominicano.

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