Cuando la corrupción y la impunidad se hacen hueco en los sistemas de justicia de los países sujeto de derecho internacional, se quebranta el espíritu de las leyes y la labor de legislador, pero cuando es lo contrario, entonces funciona y se impone el imperio de la Ley.
Hace unos días, gracias a la lucha tenaz contra el crimen organizado del Ministerio Público dominicano y la sapiencia del Magistrado Procurador General de la República, Doctor Francisco Domínguez Brito, fue detenido en Egipto, Christophe Naudin, uno de los implicados en la espectacular fuga en octubre pasado de los dos pilotos franceses Pascal Jean Fautet y Bruno Odos con la complicidad de ex militares de elite franceses y hasta de un eurodiputado o miembro del Parlamento Europeo.
Desde el principio el gobierno francés a través de su Ministerio de Exteriores se desvinculó de la trama, sin embargo no ofreció colaboración alguna al país que reclamaba la inmediata extradición de los dos condenados en primera instancia a 20 años de prisión por narcotráfico.
El gobierno egipcio en estrecha colaboración el dominicano y en atención a una orden de captura internacional, detuvo al ciudadano francés y pese a los esfuerzos diplomáticos y consulares de su país, ha decidido extraditarlo a Santo Domingo. A todos esto solo cabe felicitar al doctor Francisco Domínguez Brito por su determinación en ese tema para evitar que nuestro sistema de justicia sea burlado por cualquier extranjero que cree que somos un país bananero sin estado de derecho.
Esperamos que los demás implicados también sean conducidos ante la justicia dominicana, la cual a pesar de ser cuestionada por nosotros mismos, no es menos cierto que ha mejorado respecto a décadas y prácticas del pasado.
La justicia internacional, es funcional
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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