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Los años no hacen efecto en Ray Allen

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El Miami Heat estaba nuevamente en desintegración. Era tarde en el tercer cuarto frente a los Houston Rockets y los dos veces campeones defensores lucían como la peor versión de ellos mismos.

Mario Chalmers le pasó el balón al otro equipo tratando de llevárselo a LeBron James. Entonces, el Heat bailó un vals en una posesión adormecida sin tomar un tiro antes de que la chicharra de los 24 segundos sonara por todo el AmericanAirlines Arena. En la posesión subsiguiente, James perdió el balón, fallando en protegerlo en una penetración y permitiendo que Chandler Parson se lo llevara y lograra una canasta en bandeja tras un contragolpe. Entonces Dwyane Wade dio un ‘encore’ en el próximo viaje, llevándose la bola para un tiro frente a Dwight Howard. Wade sigió esa pérdida tomando tiros corridos a media distancia temprano en el reloj.

El Heat recayó en un básquetbol de aislamiento centrado en-mí-primero y los Rockets corraron una desventaja de siete puntos. El Heat estaba en ruta a su sexta derrota en sus últimos siete partidos.

Entonces, apareció Ray Allen.

Con oportunos triples y hábiles cortes de canastas, el jugador de 38 años encabezó un decisivo avance de 15-0 en el cuarto parcial que llevó a los Rockets en el lado perdedor por tercer partido corrido. A pesar de los mejores esfuerzos de Harden para poner al equipo de vuelta, Allen se robó el show con 25 puntos, la mayor cantidad que ha anotado en el uniforme del Heat.

Que Allen haya rescatado al Heat de un bache ofensivo no es coincidencia. James, Wade y Chris Bosh requieren de lanzadores como Allen para estirar la defensa contraria y proveerles alivio a la ofensiva. Justo cuando James y Wade caen en el modo de egoísmo, Allen los saca de este. Cuando a los tiradores le va bien, también le va bien al trío estelar del Heat.

«Es siempre un esfuerzo colaborativo con los tiradores», dijo el coach Erik Spoelstra luego de la victoria 113-104 sobre los Rockets. «Es una relación simbiótica porque uno tiene que trabajar en conjunto para lograr que un tirador quede abierto».

Trabajar en conjunto ha sido un tema en los últimos momentos para el Heat. Wade admitió después del juego que está buscando más su tiro recientemente. Desde que tuvo dos días libreds antes del juego de estrellas, luce como un jugador diferente, promediando 21.4 por ciento con 55 por ciento de campo. Sus rodillas se sienten bien, y cuando sus rodillas se sienten bien luce nuevamente como la mejor versión de sí mismo como una opción número uno.

«Estoy tomando mis tiros», dijo Wade. «Quizás estoy enfocando más en ello ahora. Cuando uno no está promediando 20 por juego uno tiene que enfocarse más en ellos».

¿Es esto algo Bueno para el Heat? No es secreto que James y Wade no lucen afinados juntos en la cancha recientemente. En la práctica del sábado, James se confesó y dijo que la mejorada salud y confianza de Wade, aún cuando ha pagado dividendos en la carretera «me ha sacado de ritmo».

Los parciales de James y Wade han sido asombrosos. De hecho, entrando al partido del domingo, James había promediado 34.5 puntos por cada 36 minutos con Wade en el banco desde el descanso del Juego de Estrellas, un gran número. Sin embargo, cuando comparte la cancha con Wade, su promedio baja a 21.6 por cada 36 minutos, lo que coincide con una gran baja en sus intentos de tiros libres. Aún si ignoramos su juego de 61 puntos, James ha estado en su mejor momento recientemente sin Wade como copiloto.

Eso parece haber cambiado en la primera mitad del domingo cuando James y Wade trabajaron juntos para hacerse la vida más fácil a cada uno. Tras fallar dos tiros en bandeja sobre Howard y recuperar un rebote ofensivo, Wade no trató de forzar un tercero En su lugar, le pasó la bola a James quien voló sobre Howard para una clavada. Más tarde, en un contragolpe, James encontró a Wade colándose en la transición por el otro lado de la duela, lo que le llevó a hacer un relampagueante pase perfecto como si un mariscal de campo encontrara a su receptor abierto en ruta a la zona de anotación.

Pero estos momentos de sinergía desaparecieron en el tercer parcial, solo para que regresaran cuando Allen comenzara a acertar. Los Rockets tuvieron mucho que ver en la explosión de Allen. Rutinariamente perdieron a Allen en defensa en el cuarto parcial. En una posesión particular, viniendo de un tiempo fuera arriba por cinco restando 6:13 de acción, los Rockets literalmente se olvidaron de ponerle un defensor. Allen capitalizó la falta de comunicación acertando un triple desde la esquina, tres de sus 14 puntos en la fase final. «No sé qué hicimos», dijo el entrenador de los Rocckets, Kevin McHale, de la jugada. «Desde ese punto, realmente no& fallamos varios tiros. Tuvimos un par de buenos tiros y tomamos muchos malos tiros. No jugamos bien al final. No tengo idea de lo que pasó».

Después de que Howard fuera penalizado con una falta técnica por detener el juego con 4:12 de juego, los Rockets no anotaron una canasta el resto del camino y el Heat se quedó con el partido.

No obstante, el Heat todavía tiene mucho trabajo por hacer para que James y Wade se acoplen. Por segunda vez en tres juegos, James no anotó un tiro de campo en el cuarto parcial. Pero James y Wade sobrevivieron ayudando a facilitar el embate de Allen en las postrimerías. «Cuando no somos egoistas en un momento como ese», dijo Allen, «tenemos un buen ritmo de cómo manejamos las jugadas».

Al ser cuestionado sobre el vincula común entre sus juegos consecutivos de 20 puntos, Allen apuntó a la cooperación de sus compañeros, algo que Spelstra ha estado predicando en días recientes mientras su equipo acumulaba derrotas.

«es un asunto de equipo», dijo Allen. Eso es lo que estamos haciendo aquí. El equipo está haciendo un esfuerzo más concertado para encontrarme y estoy encontrando un gran ritmo. En los juegos que hemos perdido hemos estado un poco impacientes».

La paciencia ha sido siempre un sello de calidad en esta era para el Heat. James y Wade tienen títulos consecutivos juntos para para demostrarlo y con Wade saludable nuevamente, todavía están encontrando ese balance correcto entre el individuo y el equipo. Si la historia sirve de indicio, lo más probable es que lo van a encontrar muy pronto.

«Cuando tú tomas jugadores con instinto que están acostumbrados a tener la capacidad de hacer jugadas para su equipo y tienen esa confianza única para ser capaz de hacerlas, hay un proceso para eso», dijo Spoelstra. «Lo que pasa con ese proceso es que nunca termina».

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