Apasionado de su profesión y de la vida, Ramón Emilio Colombo, lleva más de cuatro décadas en irreversible ejercicio periodístico, el mismo por el que años atrás introdujo al país el nuevo periodismo e invadió con derecho propio el punto de referencia a seguir por las nuevas generaciones de comunicadores.
Ahora Colombo reunió un nutrido grupo de amistades y simpatizantes, en una “fiesta periodística”, como el mismo la denominó, al poner a circular los tres tomos de su libro “Memoria de los años duros”, la noche de este martes, en la Biblioteca Nacional, cuyo Auditorio Profesor Juan Bosch sirvió de escenario a oratorias de altos quilates, boleros, tangos, y esa sensación mágica y risueña de presenciar una “Feria de UN libro y UNA vaca un poco sagrada”.
“Memoria de los años duros” aborda en cada uno de sus tomos un género periodístico distinto y digno de ocupar un sitial en las universidades. El número 1 está dedicado a los reportajes publicados en Última Hora, El Sol, Desaparecidos, y en El Nuevo Diario y Hoy.
Dedicado a Julio Scherer García, “el más importante reportero del México moderno, de quien aprendí que sin bruñir la palabra y asumir apasionadamente la vida y las ideas no es posible trascender con este oficio”.
La otra dedicatoria es para Carlos Curiel, “cronista culto, entrevistador exquisito en el concepto de la palabra, a quien considero el verdadero pionero del Nuevo Periodismo en la República Dominicana”. Este tomo tiene una presentación escrita por el periodista Fausto Rosario Adames.
El segundo de los libros contiene las crónicas escritas también para Última Hora, El Sol, El Nuevo Diario, El Siglo y Hoy y está dedicado a Juan Bolívar Díaz, “ejemplo generacional de lealtad a un oficio que merece ser amado tan radicalmente como debemos amar este país y sostener con terquedad irrenunciable, como lo hace él, un compromiso ciudadano con los más trascendentes sueños colectivos”.
La otra dedicatoria es para José Laguna Sánchez, “porque descubrió en mí una vocación que yo ni sospechaba y me definió la primera clave cuando me conminaba a asumir este oficio: Lo más importante no es saber escribir (eso se aprende), sino tener qué decir”. Este tomo tiene una presentación escrita por la periodista Sara Pérez.
El tercero de los libros contiene las entrevistas más notables y representativa del tipo de periodismo trabajado por Ramón Emilio Colombo publicadas en los diarios Excelsior y UnomásUno, de México, y en los dominicanos El Sol, El Nuevo Diario, Hoy, en el semanario Clave y Acento.
Está dedicado a José Martí, “verdadero pionero de lo que hoy, más de un siglo después, denominamos Nuevo Periodismo, lo que solo con sus crónicas en La América Ilustrada queda demostrado”.
Otra dedicatoria está dirigida a Ricardo Flores Magón, quien “con sus valientes denuncias contra la dictadura porfirista, filtradas desde una oscura celda de la cárcel de San Juan de Ulúa, este firme precursor de la Revolución Mexicana demostró que el periodismo es la más heroica e invencible arma liberadora de conciencias”.
Emocionante resultó durante la presentación de esta enjundiosa obra, cuando Colombo habló del prólogo en este tomo, “en blanco, porque debió escribirlo Franklin Franco Pichardo, pero falleció antes de poder hacerlo”.
Una vez más Ramón Emilio Colombo sorprende, esta vez con un aporte testimonial que servirá “para que la actual generación sepa de dónde proviene y cuáles son sus compromisos con una agenda de origen todavía tristemente incumplida en muchos de sus propósitos fundamentales”.
Aun DominicanosHoy recuerda sus palabras, durante la presentación de aquel otro voluminoso e inestimable libro Un minuto, donde el autor descarta que la emoción, imaginación y esperanza hayan desaparecido en este ejercicio hermoso y criticado del periodista: Memorias de los años duros dan fe de que así sea.
Colombo presenta trilogía “Memoria de los años duros”
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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