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Mujer, ODM, y un seminario para recordar

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Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM),  son el resultado de un compromiso que en el año 2000 hicieron 191 jefes de Estado y de Gobierno, para trabajar a favor de ocho objetivos, que contienen un total de 17 metas “cuantificadas y cronológicas, que el mundo ha fijado para luchar contra la pobreza extrema en sus varias dimensiones: hambre, enfermedad, pobreza de ingresos, falta de vivienda adecuada, exclusión social, problemas de educación y de sostenibilidad ambiental, entre otras”.
 
De dichas metas u objetivos, la República Dominicana cumplirá parcialmente el primero, en lo propuesto para 2015, de erradicar la pobreza y el hambre, según dio a conocer una investigación del Observatorio Político Dominicano (OPD), pues «La lentitud de los avances en este indicador hace poco probable que se logre cumplir…”
 
Los ocho objetivos del Milenio son:
 
1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre; 2: Lograr la enseñanza primaria universal; 3: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer; 4: Reducir la mortalidad infantil; 5: Mejorar la salud materna; 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades; 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente; y 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
 
A un paso de alcanzarlo
 
Enero de 2014 concluye sus días con la grata noticia de que la nación dominicana está a un paso de cumplir con el objetivo 3, que significa: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
 
El documento, publicado por el Observatorio Político Dominicano (OPD), como iniciativa de la Fundación Global Democracia y Desarrollo(Funglode), revela que República Dominicana está cerca de alcanzar la meta de equidad de género en el ámbito educativo, tanto en la educación secundaria como en la superior, donde se vislumbra  un índice de paridad por encima de la meta establecida.
 
Si bien  la investigación subraya la importancia de este tercer ODM en la eliminación de las desigualdades entre los sexos en la enseñanza primaria y secundaria, (preferiblemente para 2005, y en todos los niveles de la enseñanza a más tardar en 2015), aun quedan indicadores que satisfacer para que se cumpla integralmente, pues, además de lo educativo, los aspectos 2 y 3, tratan “la equidad en el mercado laboral” y “la participación política”, respectivamente.
 
Sobre la equidad en el mercado laboral, o segundo indicador del tercer ODM, el informe expresa lentos avances: “El porcentaje de mujeres con empleo remunerado en el sector no agrícola pasó de 38.6 % en 2000 a 41.2 % en 2011; en tanto, la participación masculina era 61.4 % en el año 2000 y de 58.8 % en 2011.Esto significa que el mayor nivel educativo logrado por las mujeres no se ha traducido en un acceso a más y mejores empleos. Este nivel de participación femenina en la fuerza laboral es inferior al promedio de 44 % estimado en 2011 para América Latina y el Caribe (ONU, 2013)”.
 
Con relación al tercer y último indicador de este ODM, Fanny Vargas, autora del informe, refiere que “la desigualdad se manifiesta también en la participación y acceso de la mujer a los mecanismos de poder” y reafirma que esto se mide por la proporción de escaños ocupados por mujeres en la Cámara de Diputados, que contempla como objetivo alcanzar el 50 % de los asientos.
 
Un seminario para reflexionar
 
No cabe duda alguna del esfuerzo que lleva a cabo el Ministerio de la Mujer por lograr el necesario empoderamiento de las dominicanas, y su promoción de liderazgo; así como la participación a favor de la igualdad de género y todo cuanto tiene que ver con la ardua lucha que se libra en el país a fin de erradicar los feminicidios.
 
En particular, el Ministerio de la Mujer propició, junto a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el desarrollo de un Seminario titulado: Participación Política de las Mujeres, con el propósito de promover un análisis científico de la situación de las mujeres dominicanas en el ámbito político, definir y poner en ejecución estrategias de trabajo que les permita avanzar en ese aspecto del desarrollo social.
 
 
Lamentablemente, la mayor parte de quienes participaron en tan importante evento eran féminas, pocos hombres y poca representación de los Medios de Comunicación.
 
El  rector de la UASD, Mateo Aquino Febrillet,  acompañó a la ministra de la Mujer, Alejandrina Germán, y el senador Rafael Calderón ofreció una significativa conferencia junto a las legisladoras Yudelka de la Rosa y Minou Tavarez Mirabal, porque “…es necesario impulsar la participación de las mujeres en  todos los poderes del Estado, tanto en cargos electivos, a través del Sistema de Partidos, como en puestos de dirección en la carrera del servicio civil y carrera administrativa”, sentenció la ministra y los expositores enriquecieron con datos y experiencias esta realidad, aun lejana en cumplirse.
 
No obstante, se habló con razón de uno de “los principales logros en el plano de la participación política y social de las dominicanas”,  la promulgación de la Ley 12-2000, que establece la cuota de 33% para las candidatas femeninas a cargos de diputadas; y de la Ley  13-2000, que norma la postulación de las mujeres para las alcaldías y vicealcaldías.
 
Hubo aquí la oportuna reflexión colectiva, a partir de las palabras de la diputada Yudelka de la Rosa, en el sentido de que “el empoderamiento femenino solo puede lograrse con el fortalecimiento de las ideas, la constancia de los criterios y confianza en sí misma: “He vencido en cuatro competencias electorales, rodeada por hombres. He salido a buscar votos a las calles y los he obtenido desde lo más profundo de los corazones del pueblo. Por eso quiero darles mi ejemplo, para servirles y decirles que solo así podemos promover el liderazgo y la participación de las mujeres a favor de la igualdad de género”.
 
De todos modos, tal y como aseveró la ministra Alejandrina Germán  “la concienciación de las mujeres y su formación en el plano de la educación ciudadana contempla el empoderamiento de éstas para el pleno ejercicio de sus derechos sociales, económicos,  políticos y culturales en condiciones de igualdad y equidad”.
 
También las afirmaciones de la titular subrayaron el concepto de la creciente tendencia mundial al fortalecimiento de una democracia cada vez más inclusiva, y en consonancia con el compromiso asumido por el Estado Dominicano con la implementación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, para cuyo propósito es necesario impulsar la participación de las mujeres en  todos los poderes del Estado, tanto en cargos electivos, a través del Sistema de Partidos, como en puestos de dirección en la carrera del servicio civil y carrera administrativa.
 
Durante el seminario se desarrollaron  Conferencias de Género y Antropología Política; Democracia, Derechos Humanos y Participación de las Mujeres, además de Paneles que abordaron el  Marco Jurídico de Género Nacional e Internacional; Sistema Político Nacional y Participación Políticas de las Mujeres; Mujer, Poder y Liderazgo Político; y Ley de los Partidos Políticos y Participación de las Mujeres.
 
Acertadas las intervenciones del senador Rafael Calderón y la diputada Minou Tavarez Mirabal, sobre la imprescindible aprobación de la Ley de los Partidos Políticos “ejes centrales de la democracia, que lo son en realidad si existen con un contenido que responda a la democracia toda la política pública”, aseguró el congresista.
 
La legisladora Minou Tavarez, tras saludar la celebración de este seminario desde los espacios académicos, resaltó que las tareas de género no son menores, sino fundamentales e insistió en el tema: “Tenemos que comenzar por aprobar una Ley de Partidos Políticos para fortalecernos democráticamente y esto no tiene sentido si no aceptamos la diversidad de criterios que enriquezcan su contenido, disminuyan la brecha de género, el exceso de sexismo en la vida pública y los perjuicios sexuales.”
 
La ministra de la mujer concluyó que para el logro de este propósito es necesario garantizar el conocimiento del marco jurídico nacional sobre derechos de las mujeres; así como de los  acuerdos y tratados internacionales sobre igualdad y equidad de género que ha suscrito el Estado Dominicano.
 
Mayor educación no significa…
 
Las conferencias y debates del Seminario Participación Política de las Mujeres reflejaron lo que el Informe Observatorio Político Dominicano dedujo en datos que confirman que el mayor nivel educativo logrado por las mujeres no se ha traducido en acceso a más y mejores empleos, ni tampoco a los mecanismos de poder.
 
El porcentaje de mujeres con empleo remunerado en el sector no agrícola pasó de 38.6 % en 2000 a 41.2 % en 2011; en tanto, la participación masculina era 61.4 % en el año 2000 y de 58.8 % en 2011.
 
Este nivel de participación femenina en la fuerza laboral es inferior al promedio de 44 % estimado en 2011 para América Latina y el Caribe (ONU, 2013).
 
En cuanto a la proporción de escaños ocupados por mujeres en la Cámara de Diputados de la República Dominicana, (la meta es la paridad de género, es decir el 50 % de los asientos); sin embargo, en  1990 era de 11.7 %; en las elecciones de 2006 se registró la elección de 35 diputadas de un total de 179, para una participación de 19.5 %. El promedio latinoamericano para igual período fue de 20.5 %.
 
En 2012, el porcentaje fue de 20.8 %, por debajo del promedio de 24.5 % registrado en América Latina y el Caribe. En el Senado, el progreso ha sido más lento, con una participación de 0 en 1990, que pasó a 14.3 % en 2012.
 
“Los factores que inciden sobre el rezago nacional en equidad de género son obstáculos de naturaleza partidaria, legal y cultural, que hacen prevalecer en la sociedad dominicana un sistema que acepta y justifica como naturales actitudes y prácticas que favorecen el predominio del hombre”. (Ministerio de la Mujer, 2005).
 
Finalizamos estas líneas con fragmentos de las conclusiones del Informe Observatorio Político Dominicano (2014).
 
“El cumplimiento de este objetivo requiere políticas redistributivas e incluyentes en materia de género; su desempeño también se relaciona con el primero, dado que las mujeres tienen menos oportunidades económicas. Los avances en los objetivos cuarto (mortalidad infantil), quinto (salud materna) y sexto (VIH/sida y otras enfermedades) también son afectados por la vulnerabilidad de las mujeres. Por tanto, es necesario garantizar a la mujer el ejercicio de sus derechos, fortalecer la conciencia sobre la igualdad de derechos y la equidad de género, y aplicar esta perspectiva en la formulación y ejecución de las políticas públicas”.

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