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Año estelar en béisbol

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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El año 2013, el béisbol fue muy bueno e interesante. Se celebraron eventos de nivel mundial donde los latinoamericanos fueron parte vital del éxito. El telón se levantó con los triunfos en las series finales de las ligas del Caribe.
 
Finales en ligas invernales
 
En República Dominicana, los Leones del Escogido ligaron el bicampeonato venciendo barriendo 5-0 en la final a las Águilas Cibaeñas; en México, los Yaquis de Obregón, dirigidos por el dominicano Eddy Díaz, quien previamente fuera despedido por los Toros del Este dominicanos, llevó por tercera vez consecutiva a ese equipo a ganar el campeonato de la Liga del Pacífico; mientras que en Venezuela, los Navegantes del Magallanes impusieron su poder para vencer a los Cardenales del Lara; en Puerto Rico, los Criollos de Caguas se vieron las caras por décima vez en una final ante los Indios de Mayaguez e impusieron su casta.
 
Serie del Caribe mexicana
 
Todos esos campeones luego se vieron las caras en la Serie del Caribe, en Hermosillo , México, donde el representativo local, los Yaquis de Obregón, se impusieron en el Clásico y su nuevo formato ante los poderosos Leones del Escogido de República Dominicana en el juego final. El conjunto quisqueyano, dos veces campeón en el circuito de su país y en ese entonces defensor del cetro, arrasó en la primera vuelta con marca de 5-1, marca que de haberse jugado con el formato anterior le hubiera bastado para ganar otra corona caribeña.
 
Pero un error infantil en el prado izquierdo del refuerzo Yordany Valdespín, permitió a los Yaquis anotar una segunda carrera y la de irse al frente en quinta entrada. El Escogido ganaba 1-0, y llegó a empatar el encuentro 2-2 en la novena entrada con un bestial cuadrangular del también refuerzo Ricardo Nanita. El relevo mexicano se hizo cargo de la situación y en la décimo octava entrada anotaron la del triunfo 4-3 y la corona.
 
Clásico Mundial y el ‘Dominican Power’
 
Esa fue la antesala de un ano grandioso en el beisbol ya que en marzo se vino el tercer Clásico Mundial de Béisbol, donde República Dominicana recuperó el orgullo y sacó su casta de potencia global en este deporte.
 
Dirigidos por el legendario Tony Peña, asistente del dirigente de los Yankees, Joe Girardi, la seleccion quisqueyana estuvo compuesta por un grupo de peloteros encabezado por Robinson Canó, Hanley Ramirez, Jose Reyes, y un relevo de ensueño con Fernando Rodney, Octavio Dotel, entre otros, que no dio tregua alguna a sus oponentes, incluyendo al mismísimo Estados Unidos, y ganó el certamen de manera invicta con un contundente triunfo en la final ante su máximo rival, Puerto Rico.
 
Canó hizo de todo con el bate. Avasallo a los lanzadores contrarios con su poder y se erigió como la figura del torneo y de su país para llevarse el honor de Jugador Más Valioso.
 
Ahí mismo surgió la leyenda del Plátano Power, como fue denominado al escuadrón dominicano, mote disfrutado por todo aquel ciudadano u oriundo de la tierra de Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, Ramón Matías Mella y el General Gregorio Luperón.
 
Grandes Ligas y la novela A-Rod
 
Tras un mes de marzo lleno de patriotismo, toda la emoción se trasladó a territorio estadounidense para el inicio de la temporada de Grandes Ligas, donde se vivieron varios episodios que marcaron la campaña 2013 del máximo circuito de pelota.
 
La serie regular de las mayores tuvo varios momentos claves, pero lo más notorio fue la lucha encarnizada en la División Este de la Liga Americana, donde cuatro equipos, Yankees de Nueva York, Medias Rojas de Boston, y Rays de Tampa Bay y Orioles de Baltimore, lucharon de tú a tú de principio a fin. Incluso, los tres primeros conjuntos se alternaron el primer puesto durante lap primera mitad. Pero los Yankees fueron los que más sorprendieron puesto que jugaron gran parte de los partidos con muchas bajas por lesión de la mayoría de sus principales figuras.
 
Además, los Yankees se vieron afectados por el caso de esteroides de la clinica antienvejecimiento Biogénesis, en Florida, en el que A-Rod fue el implicado principal, ademas de su compañero, el receptor venezolano Francisco Cervelli – suspendido por 50 juegos-; Ryan Braun (Cerveceros de Milwaukee), -suspendido por 60 partidos-, el quisqueyano Jhonny Peralta (Tigres de Detroit) -suspendido por 50 juegos-, y sus compatriotas Bartolo Colón y Melky Cabrera
 
Sin Derek Jeter, Mark Teixeira y Alex Rodriguez, Canó se hizo cargo de la ofensiva de los Yankees, convirtiéndose en su máxima figura y ampliando su valor en la agencia libre, que llegaría uno meses después con muchos millones de dolares para su ya gorda cuenta bancaria.
 
Canó mantuvo vivo al equipo de El Bronx hasta la semana final de la temporada regular, pero no pudo impedir que al final los Yankees se quedaran fuera y vieran como los Medias Rojas de Boston dominaron en la postemporada.
 
Big Papi y la Postemporada
 
Precisamente esta temporada fue una de las más emocionantes de los últimos anos, donde el equipo patirrojo fue el actor principal dejando en el camino en una serie de alto voltaje a los Rays de Tampa Bay, que se colaron tras vencer en un juego de desempate a los Rancheros de Texas, en el juego de wild card a los Indios de Cleveland, respectivamente.
 
Al ritmo del toletero dominicano David “Big Papi” Ortiz, Boston destrozó al favorito, los Tigres de Detroit, y avanzó a su tercera Serie Mundial en los últimos 10 años. Allí los esperaban los Cardenales de San Luis, quienes tuvieron que batallar con los poderosos Dodgers de Los Angeles en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional para poder jugar su cuarto Clásico de Octubre en los últimos diez años.
 
Big Papi, como en postemporadas anteriores, no dejó dudas el por qué es uno de los mejores de la historia en estas instancias. El bateador designado patirrojo, tuvo una de las mejores postemporadas de la historia, especialmente en la Serie Mundial, en la que bateó para promedio de .688 producto de 11 hits en 16 turnos, incluyendo dos jonrones, con 6 remolcadas, 7 aotadas y 8 bases por bolas. Además, ligó un porcentaje de embase de .760, Slugging de 1.1.88, y OPS de 1.948.
 
Sencillamente fue el catalizador,el motor ofensivo, para que Boston venciera a los Cardenales en seis juegos y levantara el trofeo de campeón.
 
La agencia libre y la novela Robinson Canó
 
Luego de la euforia y la celebración de los Medias Rojas de Boston, llegó la agencia libre en la que Canó, otra vez, fue el actor principal. El segunda base dominicano de 31 años no llegó a un acuerdo previo con los Yankees, por lo que su nuevo agente, el magnate de la música Hip Hop y de la moda urbana Jay-Z y su nueva compañía deportiva Roc Nation, se lanzaron a pescar un contrato jugoso y al mejor postor, cosa que lograron con creces.
 
El precio inicial por tener los servicios de Canó fue la insólita cifra de 310 millones de dólares por 10 temporadas, a la cual los Yankees se negaron rotundamente. Mientras eso sucedía, los Yankees aseguraron los servicios del receptor estrella Brian McCann por 85 millones, el jardinero Jacoby Elsbury por la alta suma de 153 millones por siete temporadas; luego al segunda base Kelly Johnson por una temporada y 3 millones.
 
Viendo esto y tras una ronda de reuniones, los representantes del jugador bajaron a 260 millones y luego a 240 millones, pero el conjunto neoyorquino estaba reacio a pagar ese precio. El gerente general Brian Cashman ofreció 170 millones por espacio de siete años como contraoferta, la cual fue desechada de plano por el pelotero y su equipo.
 
Finalmente, Canó se llevó su carisma y talento ofensivo y defensivo hacia la costa noroeste de Estados Unidos para jugar con los Marineros de Seattle por las próximas 10 campañas a un precio de 240 millones de los verdes. Esa organización, desesperada por hacer bulla en la ahora competitiva División Oeste del joven circuito y atraer más fanáticos a su estadio, fue el más interesado de firmarlo después de los mismo Yankees.
 
Nueva York respondió con otra gran firma y como fresa al pastel, contratando por 45 millones de dólares y tres años al toletero boricua Carlos Beltrán.
 
En resumida cuenta, Canó consiguió lo que buscaba pero salió del equipo más glamoroso y poderoso de todos los deportes en la nación norteamericana y uno de los más grandes a nivel global para jugar en un mercado más pequeño y con un equipo con dudosa potencia para tan siquiera avanzar a la postemporada.
 
Así concluyó el año beisbolero, el cual será recordado por muchos en años por venir.

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