close

Poniendo el punto sobre la i de Haití

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

Quien escribe se desempeñó dos años como Cónsul de RD en Cabo Haitiano en el período 1984-1986. Conozco en detalle el territorio de Haití y he sido un preocupado de su historia por más de 30 años. Todavía no me explico cómo es posible que en las universidades dominicanas no exista hasta el momento una cátedra de la historia de esa nación y que se pueden contar con los dedos de una mano los especialistas dominicanos que manejen a profundidad la problemática pasada y presente del vecino país. Por lo tanto, todo enfoque que no valore su trayectoria histórica carece de importancia porque es evidente que su  fiebre y sus dificultades actuales no están en la sábana.
 
El maestro Juan Bosch enseñó la historia de Haití para que entendiéramos las raíces del país limítrofe. Ese conocimiento emana desde los “Cuadernos Sociales” que costaban diez centavos, la “Composición Social Dominicana”, hasta “De Cristóbal Colón a Fidel Castro”. Este último lo considero el mejor texto de Historia del Caribe que se haya escrito hasta este momento. El estudio de las bibliografías de estas obras nos puso en contacto con libros maravillosos como “La isla de la Tortuga”, de Peña Batlle y los escritos fundamentales sobre las invasiones haitianas y la historia de la frontera de Emilio Rodríguez Demorizi y Freddy Prestol Castillo.
 
También los ensayos de autores haitianos publicados por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos. De esa lectura y mis vivencias en Haití surgen las ideas que defiendo, las cuales a veces son combatidas y otras elogiadas por los lectores de este diario.
 
Haití es un producto de la historia universal, es hijo del más horrendo holocausto de la humanidad cometido a las puertas de la edad moderna. Una mirada hacia el atrás lejano enseña que, el continente africano aportó la mano de obra para explotar y esclavizar otro continente, América. Ambos se constituyeron en fuentes de la riqueza del amo europeo. Cerca de 80 millones de negros fueron extrañados y robados de sus comunidades para ser esclavizados en el Nuevo Mundo, un crimen al que se suman 30 millones de africanos que murieron en la travesía conocida como “La Ruta del Esclavo”.
 
Haití es el sobreviviente doloroso de esa ruta maldita. Se constituyó en nación a partir de una epopeya incomparable, vencieron a Napoleón y derrotaron a su querido cuñado Leclerc, dejaron viuda a Josefina su hermana.  Haití se convirtió en el primer país esclavo en lograr su independencia, y la segunda nación en América en crear un Estado soberano.
 
Pero Haití nunca ha podido establecer una democracia porque allá como aquí esta forma de gobierno debería ser una cultura, en la cual los derechos de las personas son normas de respeto sagrado. No puede concurrir ese régimen sin personas demócratas. Donde pululan tiranos y dictadores no hay democracia. La historia del hermano país se ha caracterizado por la inexistencia de un real Estado de derecho y las consecuencias de esa carencia son catastróficas. Su inmigración hacia todos los puntos cercanos es un producto de su miseria histórica, como también la migración de los dominicanos es igualmente consecuencia de nuestra pobreza.
 
La haitianización del espacio criollo es una demostración de que República Dominicana es un país sin política de Estado en materia migratoria, nuestro servicio exterior es una fabrica para emplear amigos y compañeros del partido, no tenemos Cancillería desde hace más de 50 años aunque hemos tenido excelentes personas ocupando esas funciones. Y como consecuencia de ese desorden tampoco existe la frontera. La línea divisoria entre los dos países es una marca en el mapa, que solo ha servido para el contrabando y los negocios de ilegales haitianos.
 
El país está lleno de haitianos porque eso es un vulgar negocio del cual viven centenares de malos dominicanos y es un negocio apoyado por todos los gobiernos dominicanos porque de lo contario fueran millares los presos. Por qué se meten en prisión a los narcotraficantes, por la voluntad política del gobierno y por qué el país está repleto de haitianos, porque el gobierno ha legalizado ese negocio. No hay otras explicaciones.
 
Cada vez que veas un haitiano ilegal en las calles de RD, pregúntate quién se está beneficiando con su presencia aquí, quién tiene montado ese negocio que se parece al de los apagones, dizque en 50 años no se ha podido resolver. Porque simple y sencillamente nadie cierra un negocio cuando está dejando mucho dinero y el negocio de los haitianos traídos al país es una mina de la cual sacan provecho millares.  La patria es otro capítulo sin importancia en las relaciones comerciales de quienes están vendiendo impunemente su territorio. “Y fiesta y mañana gallo”.
 
 

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page