Indiscutiblemente el ambiente ideal para criar a los niños es el hogar; pero, como no siempre es posible, porque en muchas ocasiones los padres tienen que trabajar o estudiar, las guarderías infantiles se convierten en un recurso valioso y más aun cuando están destinadas a personas de bajos recursos económicos.
Un ejemplo de ello es el Jardín Infantil Progresando de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el cual surge debido a la integración cada vez más creciente de la mujer al campo laboral y educativo.
El programa se encarga de ofrecer “cuidado ocasional sustituido por horas” a los hijos de universitarias, que no tengan ayuda para atender a sus vástagos.
La guardería cuida menores desde los tres meses de nacidos, hasta los seis años de edad, distribuidos en tandas matutinas y vespertinas desde las siete de la mañana a siete de la noche.
La directora del jardín, quien es además profesora de la UASD, Zoraida de León, indicó que la estancia tiene capacidad para asistir 200 infantes, y los horarios de cuidados son trabajados con el calendario de actividades escolares de la progenitora.
Pero, como muchas dependencias estatales, posee grandes carencias económicas, que no les permiten contar con un programa de alimentación para los pequeños.
De León señaló que a pesar de ser una labor que ayuda de manera significativas a las mamás de poca solvencia económica, e interesadas en superarse, la falta de apoyo monetario impide que el aporte sea completo.
Manifestó que las jóvenes madres tienen que cubrir la parte alimenticia, pañales y todos los materiales gastables de las criaturas. Dijo que además del sustento de la universidad, reciben algunas donaciones de empresas privadas, las cuales se convierten en un aliento de auxilio para aliviar los gastos de los padres.
La directora explicó que el factor dinero afecta a muchas mujeres, que en ocasiones no poseen ni el pasaje para llevar sus retoños a la estancia, lo que empuja a algunas a abandonar su futuro educativo y quedarse en sus casas.
La educadora abogó para que la casa de altos estudios reciba mayores presupuestos financieros y pueda mantener de manera completa todas las carencias de los chiquillos que acuden al lugar.
Vale resaltar que la UASD es la primera universidad de la región que ofrece un servicio alternativo de acogida a los hijos e hijas de las alumnas, colaborando eficazmente con la prevención del abuso infantil y sus implicaciones, frente a la vulnerabilidad de los pequeños.
La guardería está situada dentro del recinto universitario, bajo el cuidado y la supervisión de un equipo multidisciplinario, compuesto por 34 empleados, que integran psicólogos, orientadores, médicos y abogados.
La infraestructura cuenta con: aulas educativas, salas de esparcimiento, cocina, comedores, áreas para atenciones médicas, entre otras facilidades.
Esa dependencia universitaria tiene cinco años de funcionamiento, fue construida por el Despacho de la Primera Dama, en la administración de la ahora vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño de Fernández, y su mantenimiento depende solo de la academia.
Una segunda sede, con las mismas características, fue abierta en el Centro Universitario Regional de Santiago (Cursa). Esta alternativa de cuidados se convierte en esperanza para muchas madres pobres, que se ven obligadas a la deserción educativa cuando la maternidad toca sus vidas.
Estancia infantil: labor de amor con carencias económicas
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