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Morgan sobrevive con deuda de RD$ 100 millones

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Los constantes anexos y departamentos agregados, sin ordenamiento lógico secuencial, han convertido al Hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan), en un laberinto que dificulta la comunicación y el traslado de los enfermos a las diferentes áreas.
 
En este centro es común ver los pacientes tratando de ubicar las habitaciones, quirófanos, consultorios e unidades de estudios especializados, por lo que deben poseer buena memoria para recordar dónde está situada la salida.
 
Además de este problema, la mala administración del espacio físico ha limitado la capacidad del terreno y a su vez, los servicios que pudiera ofrecer, pese a que es el único que brinda atención en cuatro divisiones básicas de salud, como: maternidad, cirugía, ginecología y pediatría.
 
Ante esta situación, el director Julio Rodríguez Grullón considera que es más factible demolerlo y construirlo de nuevo, para levantar una sola estructura con mejor apariencia y orden.
 
El profesional de la salud recuerda que el hospital fue construido en 1946, para atender a los obreros del sector Mejoramiento Social; sin embargo, al crecer la población se añadieron nuevas unidades.
 
La preocupación del galeno nace al saber que en poco tiempo el Servicio Nacional de Salud (Senasa), trabajará con una tarjeta única, donde el paciente podrá acudir a buscar asistencia médica al lugar de su preferencia, en cuya condición el Morgan no podrá competir con los demás hospitales y mucho menos con las clínicas.
 
“Usted dirá qué tiempo se lleva hacerlo. Pues uno o dos años; pero eso no importa, porque ahí están los hospitales Francisco Moscoso Puello, Padre Billini, Darío Contreras y varias maternidades, que pueden atender a nuestros pacientes, al final el Estado podrá contar con un centro del salud de calidad, tanto en el servicio, como en la estructura física”, razona el especialista en Pediatría.
 
Rodríguez Grullón entiende que otro punto importante para lograr insertarlo en el tren de la competitividad es asignarle una especialidad, puesto que es el único que ofrece servicios de maternidad, cirugía, ginecología, pediatría y emergencias, entre otros, en un lugar muy limitado.
 
Carencias
 
No solo el espacio físico afecta al Morgan, sino también las necesidades con las que lidian día tras día. Por ejemplo la falta de recursos económicos no le permite brindar mejores atenciones a quienes solicitan asistencia.
 
El hospital produce unos RD$8 millones mensuales, que provienen de los pacientes subsidiados y la subvención. De estos ingresos el 40% es entregado al Senasa y el 30% a Promese.
 
Mientras que los gastos ascienden a RD$10 millones, por lo que están precisados a priorizar los más necesarios para sobrevivir.
 
Este centro asistencial tiene una deuda de RD$100 millones, por tal razón los suplidores le cancelaron el crédito, lo que ha generado dificultad para abastecerse de los insumos y materiales gastables.
 
También carecen de equipos médicos para Unidad de Cuidados Intensivos de niños, camas, colchones, sábanas, ropas de cirugía, guantes, entre otros.
 
Pese a todas las precariedades, el director del Luis Eduardo Aybar (Morgan) ve el futuro con optimismo, y espera que el Gobierno le asigne un presupuesto de RD$12 millones y disponga de más fondos para Senasa; asimismo, sueña que en el país se fomenten programas de vacunación, refuercen la campaña de lactancia materna y mejoren la alimentación infantil.
 
En el caso de los adultos, Rodríguez Grullón aconseja que disminuyan en su dieta la grasa, sal y sobre todo que la sociedad dominicana entienda que es mejor prevenir que sanar.

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