Ginebra.- La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), alertó este viernes las «alarmantes» tasas de malnutrición y mortalidad infantil registradas entre finales de junio y principios de julio en dos campos de refugiados sudaneses situados en Sudán del Sur.
En rueda de prensa, la portavoz de ACNUR, Melissa Fleming, explicó que los trabajadores humanitarios del campo de refugiados de Yida (norte de Sudán del Sur), alertaron de un «significante aumento en la tasa de mortalidad de los niños refugiados entre finales de junio y principios de julio».
«Nuestros compañeros de Médicos Sin Fronteras informaron de una media de cinco niños muertos al día, la mayoría por diarrea e infecciones», agregó la portavoz.
Fleming aseguró que en las tres pasadas semanas la tasa de mortalidad «se ha estabilizado e incluso ha descendido», gracias a la asistencia urgente de las agencias humanitarias.
El campo de refugiados de Yida alberga actualmente a unos 60.000 sudaneses (más del 25 por ciento de ellos, niños) procedentes del estado de Kordofan del Sur, una población que es ahora cuatro veces mayor de la que acogía en el mes de abril.
«La mayoría de los refugiados han llegado exhaustos, deshidratados y malnutridos. La estación de las lluvias ha exacerbado la situación y ha traído enfermedades estacionales a una población ya de por sí frágil», lamentó la portavoz.
Asimismo, Fleming aseguró que la operación que actualmente ACNUR lleva a cabo «es una de las más complicadas», pues las recientes lluvias «han convertido al campo de Yida en una especie de isla, que solo se puede abastecer con aviones».
«Los retos son de enormes proporciones en Yida», advirtió la portavoz de ACNUR, quien aseguró que muchos de los refugiados duermen bajo techos precarios, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades respiratorias y malaria.
En cuanto a Batil, el segundo campo de refugiados afectado por el aumento de la mortalidad y la malnutrición, Fleming informó de que uno de cada tres niños residentes en esta instalación están malnutridos.
En Batil, un asentamiento en el que residen 35.000 refugiados, se han detectado casos de diarrea, infecciones respiratorias y un aumento de los afectados por malaria.
Sudán del Sur acoge actualmente a 170.000 refugiados sudaneses, si bien Fleming alertó de que más sudaneses procedentes de los estados de Kordofan del Sur y el Nilo Azul llegan cada día al país vecino.
Hasta la fecha, ACNUR ha recibido 47,5 millones de dólares del llamamiento humanitario para los refugiados sudaneses en Sudán del Sur, que asciende a 186 millones de dólares.
