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Danilo y los renombrables

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Hasta ahora en todo en el mundo, en todos los Estados, en todos los gobiernos solo existe un método para renombrar o mantener a un funcionario público en su puesto: ¡una auditoria de su gestión! Este único método se extiende a todo el Universo, pues se aplica por igual tanto en el Cielo como en el Infierno, ya que en materia administrativa ni Dios ni el Diablo son flexibles. Ese único método, aceptado globalmente, es: ¡una auditoria de su gestión! Si el Jefe de Estado no es un ladrón, un perverso, en base a ella, en base a la auditoria de su gestión, actuará correctamente.

Todas las cosas salen mal para un país, para un reino, cuando un Jefe de Estado eleva gente mediocre a posiciones de autoridad. Y todo se vuelve miseria y desgracia cuando nombra a un ladrón en un puesto público.

Los reformistas están absolutamente convencidos de que el caldero de los puestos públicos está demasiado caliente para agarrarlo con las manos, sin importar si están enguantadas o no. Y están totalmente seguro de que el que puede facilitarles cadenas para sostenerlo deja de firmar decreto el 16 de agosto de 2012. Siguiendo sus perturbaciones han dejado en claro el que tienen sus razones; y de que es bueno que así sea, dice el pueblo.

Para empezar los números reformistas no son buenos: se llevaron 350 millones de pesos para conseguir 500 mil votos, pero solo trajeron la mitad, con el agravante de que la mitad de los traídos corresponden a la gente de Miguel Vargas Mal donado, quienes votaron así siguiendo instrucciones muy bien dada. Un examen del padrón electoral de los que ejercieron el derecho al voto así lo revela.

Ese examen deja a los reformistas con un aporte de 135 mil votos. Es decir, se llevaron 350 millones de pesos y solo trajeron el 30 por ciento de lo prometido. La suma es realmente astronómica: gastaron 2 millones 5 93 mil pesos por cada voto conseguido. Es como si todos apostaron a que Danilo perdiera y decidieran quedarse con el dinero como una forma de asegurarse los ingresos que obtendrían al obtener el puesto público.

Los reformistas aliados de Hipólito Mejía, que no recibieron un centavo de la Junta Central Electoral, fueron un millón de veces más exitosos que los de la franquicia, pues Amable en Higüey y Sued en Santiago ganaron en sus plazas.

Si Danilo sigue el método de renombrar o mantener a los funcionarios en base a lo que digan las auditorias de sus gestiones, el dilema de los nombramientos está resuelto. Cuando alguien vaya a preguntar por qué no se le nombró, frente a la prensa del país, se le entrega una copia de la auditoria con una simple frase: ¡ahí encontraras las razones! Si usa ese método, Danilo podrá pararse frente al inodoro y ver cómo, en rosas del futuro, se desintegran.

En el Bloque Progresista, que se convirtió en el bloque de depredadores, hay mucha gente que conoce sus verdades más que Dios el Cielo y el Diablo el Infierno. Entre esos abundantes líderes nuestros hay gente que ahora se está muriendo de impaciencia, cuando lo justo sería dejar que la impaciencia los mate.

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