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¿Por qué a Jochi Gómez sí y otros no?

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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En círculos profesionales se comenta sobre la creciente competencia del espionaje que se viene dando, especialmente, en el sector empresarial de la República Dominicana, situación que se torna muy delicada debido al ambiente que está viviendo la nación en la actualidad.
 
[Wikipedia: Se denomina espionaje a la práctica y al conjunto de técnicas asociadas a la obtención encubierta de datos o información confidencial, cuyos métodos más comunes han sido, históricamente, la infiltración y la penetración, en ambas es posible el uso de sobornos y chantajes].
 
La filtración de información es un arma en el desarrollo de la humanidad y la sociedad dominicana no escapa a esta realidad. De ahí el principio de que la “información es poder”, indica un artículo publicado recientemente por el periodista Rafael G. Santana, el cual agrega que: durante la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo Molina, las agencias de inteligencia utilizaban esas herramientas con fines de control, llegando a hacer de la misma un arma de asesinatos físicos y morales.
 
Esta herencia de la dictadura de los servicios secretos y la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), tiene seguidores, quienes tienen sus propias agencias, poseyendo equipos, personal y ahora tecnología de punta que la usan para fines particulares.
 
El rumor público sindica a un reconocido médico como uno de los hombres espías que puso sus servicios a favor de los gobierno de Joaquín Balaguer, durante los doce años (1976-1978); además, de las diferentes administraciones del Estado del Partido Revolucionario Dominicano (PRD); el Partido de la Liberación Dominicana (PLD); dirigentes políticos, empresariales y otros sectores.
 
Una fuente conocedora del tema indicó a este multimedios DominicanosHoy que los maestros del espionaje vienen desde la dictadura de Trujillo y mejoran sus técnicas con la intervención de expertos, quienes habrían puesto en movimiento la maquinaria siniestra de los escuchas telefónicos y ahora los llamados cibernautas del Internet o hackes.
 
En los círculos de discusiones se mencionan a otras dos importantes personalidades de la vida nacional involucradas en este tipo ocupaciones, las cuales se han convertido en un negocio tan lucrativo, al punto de contratar compañías canadienses e israelíes para que los auxilien en este asunto.
 
Caso Jochi Gómez
 
La actuación de las autoridades en la residencia del periodista Guillermo Gómez, en una Villa suya de La Romana, sus oficinas profesionales y el periódico digital de su propiedad, a requerimiento de denuncias y querellas presentadas por personas afectadas por “un hacker”, volvió a poner sobre la mesa el tema del espionaje, la violación de la privacidad y el secreto bancario.
 
Sin dudas que este es un caso complejo que envuelve a personas que usan medios de comunicación y que se le dio un giro político en medio de la pasada campaña electoral. Las autoridades terminaron las investigaciones; pero, aún no han dado a conocer los nombres de los querellantes y las pruebas aportadas, pese a que al joven José Angel Gómez Canaán fue acusado por la Fiscalía del Distrito Nacional, la Policía y el Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), de “jaquear” las cuentas de correos electrónicos de empresarios, funcionarios, diplomáticos y políticos.
 
Esta es una práctica ilegal que empresarios y políticos han legalizado con el tiempo, ya que es sabido por muchos que las personas dedicadas al espionaje traen al país equipos de la más alta tecnología y con la anuencia de las autoridades.
 
Algo que no se entiende es por qué únicamente se actúa contra Jochi Gómez, preso en la cárcel del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, si hay (y se sabe quiénes son), mucha gente involucrada en las escuchas telefónicas, la injerencia en cuentas de correos, de bancos y otros delitos informáticos.

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