Egipto estrena presidente tras Mubarak, con poderes limitados

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El Cairo.- El islamista Mohamed Morsy, espiritualmente ligado a la influyente Hermandad Musulmana (HM), se estrena este sábado como el primer presidente de Egipto tras la caída de Hosni Mubarak, aunque sin todas las prerrogativas de su antecesor.
 
Morsy, que el 24 de junio fue proclamado vencedor de las disputadas elecciones presidenciales egipcias, prestará juramento en una ceremonia solemne ante los magistrados de la Corte Suprema Constitucional, ante la ausencia del parlamento, que fue disuelto por la Junta Militar.
 
Luego de la juramentación, el ya jefe de Estado pronunciará un discurso en la Universidad de El Cairo ante autoridades políticas, el cuerpo diplomático acreditado aquí y un pool de periodistas, pues se dispuso restringir al máximo la presencia de reporteros en ese recinto.
 
Sin embargo, seguidores de la HM y de su brazo político, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), comenzaron a concentrarse alrededor de las sedes de los dos actos protocolarios para patentizar su apoyo a quien ha multiplicado la popularidad con el apoyo de sectores no islamistas.
 
Mientras para el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) es imperativo que Morsy haga reverencia ante la Corte Constitucional, los islamistas y otros sectores egipcios tomaron como válido el discurso del viernes en la apoteósica concentración en la plaza Tahrir.
 
«Juro por Dios, que es grande, preservar con lealtad el sistema republicano, respetar la Constitución y la ley, hacer valer los intereses del pueblo de manera total y preservar la independencia de la patria, su integridad y su territorio», puntualizó entre ovaciones.
 
Tras recordar que fue «elegido por la voluntad popular», pronunció palabras desafiantes para el CSFA que se resiste a restituirle todas las competencias propias de su investidura, como ser el comandante en jefe del Ejército y poder designar al ministro de Defensa.
 
La cúpula castrense se atribuyó a mediados de junio el poder Legislativo tras desmantelar el parlamento bicameral, y la facultad de decidir en la formación de la asamblea constituyente que redactará la próxima Carta Magna del país.
 
«Estoy aquí porque ustedes son la fuente del poder, porque no hay institución ni poder por encima del pueblo», y dirigiéndose al Ejército, la policía y las autoridades políticas, completó su juramento simbólico al subrayar que «no temo a nadie más que a Dios».
 
Remarcó que «ninguna institución está sobre la voluntad popular, que es la que toma la decisión, gobierna y destituye», y prometió defender el «sistema republicano» en el que las fuerzas armadas asuman su rol, sin interferir en la vida política.
 
Los seguidores de Morsy, entretanto, siguen acampados desde hace 11 días en la plaza Tahri para presionar a la cúpula militar que rehabilite el parlamento y respete la investidura de Morsy con todos los poderes que el cargo le confiere.