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Richard Gere habla de su carrera en e cine

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Ha rodado medio centenar de películas, pero confiesa que todavía hoy «cuando apuestan por mí o tienen expectativas depositadas en mí, siento ganas de echarme a correr». Richard Gere (Philadelphia, 1949) responde al teléfono desde su casa de Nueva York. Acaba de volver de uno de sus viajes espirituales al sur de la India, al estado de Karnataka, tierra de monasterios budistas y de tibetanos exiliados. Habla pausado, escucha y pregunta tanto como responde. Y confiesa que, a pesar de los años de carrera (hace ya tres décadas que se confirmó como una estrella), aún siente miedo cuando le ofrecen ciertos papeles, «aunque a estas alturas puedo reaccionar de forma positiva en vez de correr, porque la primera reacción siempre es como la de un animal salvaje: echarse a correr».
 
Gere estrena hoy viernes ‘La sombra de la traición’, un thriller del debutante Michael Brandt en el que encarna a un agente jubilado de la CIA a quien encargan una última misión junto a un novato del FBI (interpretado por Topher Grace) para capturar a un asesino de la antigua URSS al que creían muerto. Y a finales de septiembre regresará a la gran pantalla con ‘Arbitrage’, de Nicholas Jarecki, presentada, con éxito de críticas, en el último festival de cine independiente de Sundance, y en la que Gere se pone el traje de un tiburón implacable de Wall Street a la búsqueda -sí, en todos sus papeles siempre busca algo- de una salvación inesperada y urgente.
 
Después de treinta años de carrera, Gere confiesa que mira esta película de cine independiente con orgullo, porque le recuerda a las que realizaban los grandes estudios cuando él comenzaba. «Guiones que tienen su base en los personajes y en sus historias. Películas impulsadas por personajes pequeños que ahora ya no quieren producir los estudios», reconoce con cierta nostalgia. «Yo tuve mucha suerte, porque prácticamente empecé mi carrera en una especie de edad de oro de la industria del cine moderno. Hice películas pequeñas, pero de estudio: ‘Días del cielo’,’ Oficial y caballero’, ‘Buscando al señor Goodbar’, ‘American gigoló’… Filmes con presupuestos pequeños pero que a los estudios les gustaba hacer, y que no tenían problemas de distribución, como le sucede ahora al cine independiente».
 
El actor enumera sus primeras películas. Su primer éxito, ‘American gigoló’, de 1980. Y el largometraje que lo lanzó definitivamente a la fama, ‘Oficial y caballero’, de 1982. También ‘Cotton club’, de Francis Ford Coppola, estrenada en 1984… Cuenta que no le gusta volverlas a ver «porque nunca creo que soy lo suficientemente bueno y me decepciono conmigo mismo», pero que recientemente le telefoneó la actriz Diane Lane para contarle que acaba de volver a ver ‘Cotton Club’, en la que trabajan juntos, y le recomendó que él lo hiciera de nuevo. «Entonces la vi y dije ¡guau, esto es muy bueno! No por mí, porque todavía sigo sin poder verme, pero fue un placer ver de nuevo la película, porque la había olvidado».
 
Gere elogia el cine de aquella época, y cuenta también que en su vuelo de regreso de la India, buscando qué ver en la cartelera del avión, descubrió ‘Carros de fuego’. «No la había visto desde que se hizo, a comienzos de los ochenta. Y según la estaba viendo y pensando lo bien hecha que está me puse a llorar. Primero porque fui compañero de piso de Ian Charleson en Londres [uno de los protagonistas de la película, fallecido en 1990 a los 40 años], pero también por la esencia de la película, que está hecha con el corazón pero con inteligencia. Y ese tipo de producciones es muy raro que las haya hoy».

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