Waltham, Massachusetts.- Los Philadelphia 76ers bailaron para celebrar después de eliminar a los Bulls en la primera ronda de los playoffs a pesar de que Chicago era el primer preclasificado. Tras asegurar su serie de primera ronda, los Celtics de Boston salieron cansadamente de la cancha en busca del cubo con hielo más cercano.
«Estaban emocionados. Estaban aliviados», dijo el viernes el entrenador de Boston, Doc Rivers, en el único día libre antes de que los Celtics y los Sixers den comienzo a las semifinales de la Conferencia Este este sábado por la noche. «Cuando se nos acabó el tiempo en el reloj, como que estábamos pensando: ‘Oh, Dios mío. Vámonos a la cama'».
Filadelfia aprovechó que Chicago no contó con Derrick Rose ni Joakim Noah para convertirse en apenas el quinto equipo que se ha preclasificado octavo en eliminar a uno preclasificado primero en los playoffs de la NBA.
Los 76ers festejaron de acuerdo a la magnitud de la ocasión: Andre Iguodala, que metió los tiros libres ganadores con 2,2 segundos restantes, brincaba sobre la mesa del anotador mientras el himno del equipo resonaba en el estadio y caía confeti de las gradas.
«Ni siquiera sé qué decir. Realmente no lo sé. Lo que esto significa para mí, y la organización, y nuestro equipo», dijo posteriormente el entrenador Doug Collins.
«A veces uno no puede dilucidar esto. A veces sólo tiene que disfrutarlo. Eso es lo que sí estoy seguro que voy a hacer. Ha sido un año increíble», añadió.
Los Celtics eliminaron a Atlanta en seis juegos, pero aún no están listos para festejar. Boston ha avanzado al menos a la segunda ronda de los playoffs de la NBA cada año desde que fue armado el nuevo grupo de sus tres grandes jugadores a mediados de 2007, ha llegado a la final en dos ocasiones y la ganó en 2008.
Los Sixers no habían ganado una serie de playoffs desde 2003, y sólo algunos integrantes del equipo han llegado tan lejos en la postemporada.
«Les dije: ‘Ahora estamos en el distrito donde se pagan rentas elevadas. Ahora uno empieza a percatarse realmente de qué se trata todo esto'», dijo Collins. «La experiencia no tiene precio, lo que nuestros señores están obteniendo cada día. El sólo observar la alegría que tenían en ese vestidor después del juego fue algo que nunca olvidaré».
Rivers dijo que no espera que los 76ers sean un equipo fácil de vencer tan sólo porque estaban contentos de ganar por fin una serie de playoffs. En ocasiones la emoción de ese primer triunfo puede impulsar a un equipo en las rondas posteriores, agregó.
«Tienen la ventaja emocional debido a su triunfo», señaló. «Tenemos que igualar eso».
Y ése no es el único motivo de preocupación de Rivers.
Paul Pierce ha estado tratándose un tirón en el ligamento colateral medial de la rodilla izquierda, y aunque encestó 18 puntos en el sexto juego, era evidente que no se movía con la soltura de siempre.
Dijo el viernes que podía correr y saltar, pero le molestaba cuando intentaba moverse hacia los lados. De todas formas indicó que espera poder jugar el sábado.
«Probablemente no va a mejorar hasta que termine la temporada», señaló Pierce, quien ahora porta protectores ortopédicos en ambas rodillas. «Simplemente no puedo excederme, hacer algo que pudiera afectar mi carrera».
El escolta Ray Allen también reportó un revés en su recuperación de un problema de astillas de hueso en su tobillo derecho. Allen se perdió unas tres semanas de acción, entre ellas los dos primeros partidos de los playoffs, y luego regresó en tres encuentros en los que tuvo un buen desempeño.
Sin embargo, el jueves no lució bien, con sólo una canasta en siete lanzamientos al aro y dos tiros libres fallidos.
