La desordenada creación de asentamientos urbanos a orilla de ríos, arroyos, cañadas y otros lugares vulnerables a inundaciones se ha convertido, en tiempo de lluvias, en una de las principales preocupaciones de las autoridades de socorros que deben intervenir en estos lugares para salvar vidas y propiedades.
Las incontables víctimas mortales por esta causa no amedrentan a las familias cuyas viviendas con frecuencia son dañadas y sus pertenencias destruidos por las arriadas.
Esta situación no sólo se observa en barios levantados a orillas de ríos, sino también en lugares donde fundan poblaciones que por las características del terreno son reservorios de agua, que luego terminan anegando las viviendas.
En todos los casos esas construcciones se levantan a espalda de las autoridades dispuestas para regular la fundación de nuevas comunidades, por cuya causa nunca disponen de las facilidades urbanas que requieren.
Daños inestimables
Las inundaciones verificadas en las últimas cinco décadas han dejado cifras muy altas de ahogados y desaparecidos, así como pérdidas millonarias en daños a la agricultura e infraestructuras, como puentes y carreteras.
Los daños humanos y materiales más significativos se identifican con la ocurrencia del ciclón David y la tormenta Federico, en el año 1979, el huracán George, en 1998 y las tormentas Olga y Noel, en el 2007.
El presente año, al igual que los anteriores, muestra temporadas de lluvias provocadas por vaguadas que tocan todo el territorio nacional, lo que obliga al desplazamiento de cientos de familias en distintos puntos del país.
Este miércoles, la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), y la Comisión de Operaciones de Emergencias (COE), informaron la ocurrencia de lluvias en gran parte del territorio nacional, provocadas por un sistema que interactúa con una vaguada sobre Haití y que se mueve hacia el oeste.
En tal sentido, alertaron de posibles inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra a los habitantes de las provincias Montecristi, Hermanas Mirabal, Espaillat, Dajabón, Valverde, Monseñor Nouel, Hato Mayor y El Seibo.
A causa de estas lluvias las autoridades desplazaron la noche de este martes unas 8,676 personas que fueron trasladadas a casas de familiares y amigos.
Se reportó que en Licey al Medio, Santiago, unas 400 viviendas se anegaron por el desbordamiento de varias cañadas del municipio.
En Sosua, Puerto Plata, el río Bella Vista se salió de su cauce y anegó unas 1,500 viviendas en los sectores Bella Vista, Maranata y Sosua Abajo.
En la provincia de Hato Mayor los aguaceros provocaron el desplazamiento de decenas de familias en los sectores Los Cocos, La Javilla, Las Malvinas y Las Guamas, a consecuencia de las crecidas de los ríos Maguá y Paña-Paña, que bordean la ciudad de norte a sur.
De acuerdo con los organismos de socorros las inundaciones se deben a las crecidas de los ríos Paña-Paña y el Magua y las deficiencias en el drenaje pluvial de Hato Mayor.
Desde las cinco de la tarde de ayer martes, llueve copiosamente en la provincia Hato Mayor, siendo los barios más vulnerables: Las Malvinas, Ondina, Villa Ortega, Las Chinas, Los Cocos, Las Guamas, Media Chiva, Punta de Garza, Los Cocos y San José.
Este miércoles, el COE aumentó a cuatro las provincias en alerta amarilla y a 13 en alerta verde debido a que las condiciones del tiempo seguirán dominadas por un sistema frontal que producirán aguaceros con tormentas eléctricas en gran parte del país.
Declaró alerta amarilla para las provincias de Montecristi, Puerto Plata, Santiago y María Trinidad Sánchez en las que se podrían originar inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra.
Mientras, en alerta verde se encuentran las provincias Valverde, Samaná, Santiago Rodríguez, Espaillat, Dajabón y Hermanas Mirabal.
También están en alerta verde Monseñor Nouel, La Vega, Duarte, Monte Plata, Hato Mayor, San Pedro de Macorís y El Seibo.
El organismo pidió a los residentes en zonas de alto riesgo que habitan próximos a ríos, arroyos y cañadas de las provincias en alerta amarilla y verde, que deben tomar medidas de precaución y estar atentos a las recomendaciones de los organismos de socorro.
Provincias en alerta lluvias deben preservar vidas
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