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¡Acordarnos de Abril!

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Considerado uno de los hechos más trascendentales de la historia patria, la Guerra Civil Dominicana, conocida también como Guerra de Abril, Revolución del 65, o simplemente Revolución de Abril, que tuvo lugar entre el 24 de este mes y el 3 de septiembre de 1965, a pesar de haber sido “el más sangriento conflicto armado en el país durante el siglo XX”, parece no formar parte de las principales  exposiciones públicas de los contendientes políticos, salvo excepciones.
 
Tampoco los medios de comunicación le han brindado todo el espacio que merece en la memoria histórica nacional, aquella  vanguardia de la revolución,  partidarios de Juan Bosch, que  encabezados por Francisco Alberto Caamaño, y denominándose constitucionalistas,  en referencia a su apoyo a la Constitución de 1963, salieron a las calles, tomaron el Palacio Nacional, e instalaron a José Rafael Molina Ureña como presidente provisional.
 
Las imágenes no pueden ser más estremecedoras: a veces, las revoluciones se  libran con piedras, palos y sobre todo con ese valor que acompañó a quienes fueron embestidos  por las fuerzas  dirigidas por el general Elías Wessin y Wessin. En condiciones  de una guerra civil y a pesar de los ataques y bombardeos aéreos, mantuvieron sus posiciones en la capital dominicana y extendieron el conflicto por todo el país, apoyados  por una parte importante del pueblo que hizo suyas las voces de los  dirigentes políticos empeñados en reclamar la vuelta a la constitucionalidad interrumpida por el golpe de Estado contra Juan Bosch, en 1963, primer gobierno elegido democráticamente en las urnas tras el ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo.
 
Si algo destacan analistas e investigadores del tema es cómo brilló la conciencia nacional y de qué manera el pueblo dominicano lideró aquella “Revolución de abril”, que tres días después se convirtió en una guerra por la defensa de la soberanía nacional, cuando las tropas norteamericanas enviadas por el presidente Lyndon B. Johnson, que ascendía a unos 20,000 militares, irrumpieron- como acostumbraban a hacerlo en las tierras  de América-, y tras desembarcar , apoyados por la OEA, se sumaron a quienes intentaban impedir el triunfo de los constitucionalistas.
 
De lo que tuvo lugar más tarde hablan las páginas que no deben ser borradas nunca y mucho menos olvidadas. La historia recoge el establecimiento en territorio dominicano de dos gobiernos totalmente antagónicos: uno llamado Gobierno Constitucional y otro denominado Gobierno de Reconstrucción Nacional; así como lo que siguió después, cuando el 10 de mayo de 1965, el Congreso Nacional del Gobierno Constitucional solicitó la visita de un representante para que verificara “los atropellos de que venía siendo víctima la ciudadanía indefensa” y la situación de los derechos humanos en la República Dominicana.
 
La Guerra Civil Dominicana de 1965, trascendió para siempre y aquellos hombres y mujeres que hicieron retroceder las fuerzas de Wessin , con  figuras como Caamaño a la vanguardia, viven en esta sociedad que desde lo más profundo de sus raíces conserva sus ansias de verdadera libertad y conservar, pese a todo, la democracia que tantas valiosas vidas ha costado.

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