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Iglesia critica males políticos y sociales

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Como cada Viernes Santo, día en que se conmemora la crucifixión de Cristo, los voceros de la Iglesia alzaron sus voces en la Catedral Primada de América para reflexionar acerca de  los males que agobian a la sociedad dominicana y que son fruto- apuntaron-, fundamentalmente, de la irresponsabilidad de los gobernantes.
 
Hace apenas unos días el Papa Benedicto XVI recordó que la “experiencia del sufrimiento y de la cruz marca la humanidad, marca incluso la familia” y hace el camino fatigoso y difícil: “agravado por la precariedad del trabajo y por otros efectos negativos de la crisis económica”.
 
«El principal problema de nuestro país son los políticos», afirmó categóricamente el padre Antonio Méndez, al pronunciar la Primera Palabra y aconsejó a los que gobiernan juntar todo el dinero mal ganado y entregarlo a las miles de familias que viven en la miseria.
 
También criticó a los agentes policiales corruptos que multiplican la delincuencia.
 
La Segunda Palabra fue leída por el sacerdote Carlos Abreu,  quien refirió el enriquecimiento ilícito.
 
Miguel Ángel Avarante tuvo a su cargo la Tercera Palabra y en su discurso criticó la desigualdad de género y la violencia contra la mujer.  Deploró que algunas empresas prefieren emplear hombres no tener que otorgar las vacaciones a las mujeres cuando quedan embarazadas.
 
Asimismo, censuró la actitud de los medios de comunicación a los que culpó de fomentar la prostitución femenina cuando presentan comerciales con mujeres semi-desnudas.
 
Sandy Ramírez, quien tuvo a su cargo la lectura de la Cuarta Palabra, subrayó  que en la actualidad la violencia intrafamiliar se ha convertido en una epidemia.
 
Por su parte, el sacerdote Willian Viña citó la Quinta Palabra: «tengo sed» y dijo que esta frase de Jesús no se refería únicamente a la sed física, sino a la de justicia, de paz, de orden y caridad.
 
Enfatizó que miles de familias dominicanas carecen de agua potable y de recursos para alimentar a sus hijos.
 
«Escucha este grito Señor que dice tengo sed, el grito de nuestro pueblo que tiene sed de justicia e igualdad, de oportunidades para poder desarrollar el plan que tienes para con cada uno de los mortales», oró el prelado.
 
Al leer la Sexta Palabra, Martín Lenka habló sobre la educación, y la falta de entrega de recursos a ese sector que definió como fundamental para el desarrollo del país.
 
«Todos sabemos que el futuro de un país es la educación y necesitamos el 4 por ciento, pero que ese dinero no se pierda como los 6,788 millones que se prometieron en el 2011 y no se entregaron. Francamente, no sé dónde están», señaló y recordó las escuelas sin aulas, sin pupitres ni materiales didácticos.
 
El religioso también criticó a la Dirección General de Migración y aseveró que ésta aplica medidas ilegales en contra de los inmigrantes haitianos.
 
«¿Cómo se le puede privar a una persona nacida y criada aquí, en República Dominicana,  de sus documentos legales, en virtud de una resolución injusta que va en contra de los extranjeros del vecino país?», preguntó.
 
Tras exhortar al pueblo a unir voluntades «para cambiar el sistema corrupto», Martín Lenka aseguró que si eso se hace la victoria será colectiva para el país.
 
La Séptima y última palabra pronunciada por Jesús en la cruz exhortó a los ciudadanos  a reflexionar sobre el presente y futuro de la nación. El padre José Miguel Puerta afirmó que el mundo se ha separado de Dios, pero que él nos ofrece la oportunidad de recibirnos en su regazo si con fe y humildad le encomendamos el espíritu.
 
Puerta insinuó que hay sectores de poder que se benefician de la violencia cuando preguntó «¿No se tiene solución contra la violencia o no se quiere encontrar, por aquello de que a río revuelto, ganancia de pescador?»
 
Y agregó que hay «malversadores de cuello blanco» a quienes no les interesa enfrentar la corrupción, porque muchas veces son cómplices.
 
El sacerdote indicó que los gobernantes y aquellos que son elegidos por el pueblo no lo hacen como deberían hacerlo y sostuvo que hay » mucha gente no se mueve por principios, sino que ven la política como una fuente de riqueza».
 
Llamó a los ciudadanos a pensar  sobre el presente y futuro de la nación; sobre la meta de lo que anhelamos como país; el modelo de hogar que llevamos y sobre la diferencia entre llamarse cristiano y actuar como tal. «La fe no excluye las acciones. Es un estilo de vida que viene con la única opción de servir a Cristo», aclaró.
 
Mencionó también a los «malversadores de cuello blanco» que demuestran poco interés para enfrentar la corrupción y que “en otros casos son cómplices de ella”.
 
Condenó a «los que deben ser el ejemplo. Los que el pueblo otorga poder para que en su nombre gobiernen el país, no corresponden como deben hacerlo. Y es que hay que decirlo, mucha gente no se mueve por principios, sino que ven la política como una fuente de riqueza».
 
Concluyó con la frase lapidaria: «Pido justicia para los demás. Para mí, pido misericordia».
 
El Sermón de las Siete Palabras es una conmemoración que realiza la iglesia Católica desde el siglo XII,  de las últimas palabras que emitió Jesús antes de morir.  Sus interpretaciones son recurrentes a quien en tiempos tan lejanos enfrentó los “despilfarros de los bienes del Estado, las bajezas en la práctica de la política” y la manera en que los pobres son cada vez más pobres, en franca incongruencia con quienes incrementan sus riquezas sobre los hombros de la mayoría sufrida y extenuada por tantos sinsabores.

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