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Promesas de seguridad y unión ante terrorismo nuclear cierran Cumbre de Seúl

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Seúl.- Los líderes de los 53 países participantes en II Cumbre de Seguridad Nuclear celebrada en Seúl cerraron hoy las sesiones de trabajo con nuevos compromisos para reducir su material atómico de uso civil y un llamamiento a cerrar filas para combatir la amenaza global del terrorismo nuclear.
 
La reunión, la mayor cita de mandatarios acogida nunca por la capital surcoreana, concluyó con la llamada Declaración de Seúl, que insistió en que es «responsabilidad fundamental» de cada país «mantener una seguridad efectiva de todo el material nuclear».
 
Los líderes participantes, entre ellos el presidente de EEUU, Barack Obama, o el de China, Hu Jintao, recordaron también que las medidas de refuerzo de la seguridad en este terreno no deben suponer una traba a la utilización de la energía nuclear «con fines pacíficos».
 
«El terrorismo nuclear sigue siendo una de las amenazas que conllevan mayor desafío para la seguridad internacional», señala el comunicado, que insiste en que eliminar esta amenaza requiere «medidas nacionales contundentes y cooperación internacional».
 
Reunidos entre un impresionante dispositivo de seguridad en el centro de convenciones COEX, en el sur de Seúl, los líderes repasaron los progresos logrados desde la primera Cumbre de Seguridad Nuclear, celebrada en Washington en 2010.
 
En estos dos años, ocho países han retirado un total de 480 kilos de uranio altamente enriquecido, cantidad suficiente para producir 19 bombas atómicas, mientras que México y Ucrania han completado la «limpieza total» de este material en sus territorios.
 
Además, en los últimos dos años Rusia y Estados Unidos han degradado a uranio de bajo grado material suficiente para fabricar cerca de 3.000 bombas atómicas.
 
En línea con estos progresos, la Declaración de Seúl establece finales de 2013 como plazo para que los países presenten medidas «voluntarias» para minimizar el uso de uranio enriquecido y fija el objetivo de que para 2014 entre en vigor la enmienda a la Convención para la Protección Física de Materiales Nucleares.
 
Éste es uno de los principales tratados internacionales en la materia.
 
Entre otras cosas, establece la protección física del material atómico durante su transporte internacional y sienta un marco para la cooperación a la hora de recuperar y devolver de sustancias nucleares robadas.
 
La enmienda que los líderes buscan aplicar a partir de 2014 incluye la protección de las instalaciones atómicas, además del propio material.
 
La cuestión de las centrales nucleares tuvo especial relevancia en la reunión de Seúl a la luz del accidente en Fukushima del pasado año, que puso de relieve, según los mandatarios, el «nexo» entre la seguridad de las plantas atómicas y la prevención del terrorismo nuclear.
 
Por eso, en la declaración final, los 53 países reunidos se comprometen a reforzar la protección de las instalaciones nucleares y a promover su capacidad de respuesta en caso de accidentes radiológicos.
 
Los líderes presentes en Seúl, cuyos países representan el 80 por ciento de la población y el 90 por ciento del PIB del planeta, subrayaron también el papel del Organismo Internacional de la Energía Atómico (OIEA) e instaron mantener las contribuciones económicas a su fondo de seguridad nuclear.
 
En la rueda de prensa de clausura de la cumbre, el presidente surcoreano y anfitrión, Lee Myung-bak, aludió a Corea del Norte, uno de los países que ha estado muy presente en las conversaciones bilaterales entre los líderes por su plan de lanzar en abril un satélite en cohete de largo alcance.
 
Según Lee, aunque esta cuestión no estaba en la agenda principal, muchos mandatarios también la mencionaron durante la reunión.
 
A juicio del presidente surcoreano, que llegó al poder en 2008 con una política de mano dura contra Pyongyang, los esfuerzos contra el terrorismo nuclear plasmados en la Cumbre de Seúl afectarán «psicológicamente» a Corea del Norte.
 
A este respecto, y en paralelo a la cumbre, Obama instó al régimen comunista norcoreano a desistir de su plan de lanzar el satélite y advirtió de que «no logrará nada» con esa iniciativa, que pone en peligro el reciente acuerdo con EEUU para obtener ayuda alimentaria a cambio de una moratoria de su programa nuclear y balístico.
 
Al cierre del encuentro de Seúl, los dirigentes acordaron que la tercera edición de la Cumbre de Seguridad Nuclear tendrá lugar en 2014 en Holanda.

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