La confianza de los dominicanos en sus instituciones y su disposición a pagar impuestos solo retornará cuando quienes incurran en corrupción sean juzgados y condenados, entonces los ciudadanos estarán más dispuestos a pagar impuestos, pronostico este domingo el representante del Banco Mundial en el país.
Roberto Senderowich dijo que cuando cese la impunidad, los ciudadanos cumplirán con el pago de más impuestos para que el Estado les devuelva los servicios de calidad que actualmente demanda la población.
El Banco Mundial participa en la Iniciativa Participativa Anticorrupción que entregó recientemente 30 propuestas al Gobierno para atenuar o eliminar el fenómeno de la corrupción en el gobierno y otros estamentos de la sociedad dominicana.
La visión de esos comisionados que se reunieron en diez mesas de trabajo para reflexionar sobre el tema, es que en el sistema administrativo del país hay vulnerabilidades, flancos débiles, como en el procedimiento de compras, que deben ser reforzados.
“Cuando se emite un cheque debe ser por haberse cumplido todos los requisitos de la administración financiera del Estado por la ejecución efectiva de por ejemplo una obra o un servicio”, dijo Senderowich en el programa “En 1 Hora” que produce el periodista Manuel Jimenez cada domingo a partir de las 10:00 am por Coral 39.
“Pero en el gobierno, según reveló un funcionario que participó en una de las mesas de trabajo, existen casi seis mil cuentas, cuando los países que han logrado avanzar en este aspecto tiene una cuenta única del Tesoro”, comentó.
Más lamentable aún dijo es que las instituciones estatales que disponen de liquidez pueden incluso ganar intereses con el depósito de esos fondos, mientras por otro lado el Tesoro tiene que buscar dinero prestado y pagar intereses por ello, lo que va en desmedro del ciudadano, del contribuyente.
Dijo que ante tal realidad de nada vale la existencia de auditores internos en las instituciones del Estado cuando éstos son dependientes de quienes administran esas entidades o del propio Poder Ejecutivo, lo que dijo es igualmente válido respecto a la existencia de las oficinas de información pública.
En este caso criticó que a veces se fuerce la llegada del caso a la justicia, cuando alguien rehúsa la entrega a tiempo de una información que cuando se decide entregarla ya no tiene sentido su recibo.
Dijo que en ese caso lo que se hace en otros países es tener un órgano rector que se encarga de velar por el cumplimiento efectivo de la ley de, en este caso, Libre Acceso a la Información Pública.
Al analizar el tema de la corrupción y la impunidad, Senderowich objetó el argumento estatal de que no puede dar servicios de primera en un país cuya presión tributaria es de tercera, actualmente de alrededor de trece por ciento.
“Evidentemente hay que disponer de más recursos, que quien no pague impuestos los pague, y reducir, transparentar las exenciones impositivas, y mejorar la calidad del gasto público, que ha sido elevado, para invertir más en las áreas sociales. El dinero está, pero hay que mejorar la calidad del gasto, pues los recursos se van por donde no debían”, aconsejó.
Citó por ejemplo consolidar las compras estatales de medicamentos para producir ahorros como los generados por Promese Cal, para destinar esos ahorros a satisfacer otras necesidades, como precisamente las de salud y educación.
Recordó que precisamente la reorientación del gasto y políticas racionales de ahorro en el Estado permitirían que los 700 millones que actualmente se destinan a subsidiar al sector electricidad fueran destinados a llegar a las metas en educación y salud, siempre que sea mejorada la calidad del gasto.
Reiteró que el Banco Mundial cree que aun cuando las distribuidoras de electricidad se han hecho más eficientes en cuando a reducción de pérdidas técnicas persisten las pérdidas por robo de energía.
“Los datos que tiene el Banco Mundial es que los que más roban luz no son los pobres sino los sectores pudientes. Por ser los mayores consumidores de electricidad, cuando éstos no pagan la luz, es como la mordida de un tiburón”, los efectos negativos que causa al sector electricidad.
Explicó que este es un problema serio para el país, de múltiples ramificaciones, en materia de competitividad industrial y empresarial, sector que tiene que pagar una energía más cara que sus competidores y generador también de problemas de salud, pues la proliferación de inversores cuyos gases tóxicos respiran los dominicanos.
El representante local del organismo multinacional disintió, al referirse a crecimiento y equidad, de la teoría ortodoxa la distribución a una acumulación de riqueza, esto es a “crecer para luego distribuir”.
“Lo que muestran los estudios recientes es que la inequidad impide el crecimiento del pastel. Hay que hacer un crecimiento que incluya a los pobres, porque eso es lo que da la oportunidad de desarrollar el talento que existe en la sociedad”, sugirió.
Explicó que falta equidad cuando solo un cuarto de la población del país en esas edades termina con suerte el bachillerato y pasa las pruebas nacionales significa que no hay equidad. “Pues hay una cantidad de talentos que queda enterrada, (de la) que uno no se entera, cuando en otros países esos mismos muchachos estarían exponiendo las nuevas teorías científicas, armando nuevos negocios, generando nuevos empleos, consumiendo más”, comentó.
Al recordar las sugerencias de políticas entregadas por el Banco Mundial al Gobierno, solicitadas por el Ministerio de Economía, citó además la necesidad de sincronizar las aspiraciones de la Estrategia Nacional de Desarrollo en competitividad.
Relacionó la situación de crecimiento y equidad ya descritos con el hecho de que tampoco el país aproveche en la magnitud que debía su proximidad al mercado estadounidense, el más grande del mundo, para lo cual requiere resolver los problemas de electricidad y de logística.
En cuanto a cómo afecta la inmigración haitiana los niveles del gasto social del país por ejemplo en materia de salud, el funcionario descartó que estos problemas nacionales sean causados por esos inmigrantes, sino por una mala dirección en el gasto público, que según dijo se destina hacia donde no se debía.
Dijo que dominicana es un país de inmigrantes y de emigrantes, por lo que aconsejó percibir este asunto como una oportunidad, como lo muestra el que son dominicanas la mayoría de las empresas que reconstruyen Haití luego del terremoto de enero pasado.
“Son dos países con destinos atados. Una calamidad en un lado la sufre toda la isla, pero eso presenta también oportunidades, como el que muchas de las empresas que reconstruyen en Haití son dominicanas, por lo que hay que tener una visión balanceada del problema”, dijo.
