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Nueva gripe acaparó esfuerzos sanitarios en el 2009

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Ginebra.- La aparición de un nuevo virus de la gripe acaparó este año los esfuerzos sanitarios globales tras convertirse en la primera pandemia del siglo XXI, lo que dio lugar al desarrollo y fabricación de la vacuna más rápida que se recuerde, aunque las evidencias apuntan a que su gravedad es menor de lo que se temía.

Detectada por primera vez en México el pasado abril, el virus al que se bautizaría semanas después como "AH1N1" surgió de una combinación genética de las cepas de las gripes porcina, aviar y humana, lo que puso en alerta a la comunidad científica internacional, liderada por la OMS.

El Síndrome Respiratorio Agudo Grave y posteriormente el salto de la gripe aviar a los humanos, habían dejado a la OMS lecciones claras sobre la necesidad de que el mundo estuviese preparado para epidemias que podrían convertirse rápidamente en pandemias.

Para ello, cambió ciertas regulaciones sanitarias internacionales y movilizó a los países para que adaptaran sus sistemas de salud ante tal eventualidad, que llegó con la gripe A (como se decidió llamarla luego para reemplazar la complicada nomenclatura de AH1N1).

Surgida en el hemisferio sur -aparentemente muy cerca de una granja industrial de cerdos-, esta gripe llegó a Europa en pleno verano y generó un estado cercano al pánico cuando se registraron los primeros decesos, lo que a su vez aceleró la puesta a punto de la respectiva vacuna.

Los países ricos se apresuraron a hacer sus pedidos de vacunas, así como de oseltamivir, un antiviral que se había utilizado con los enfermos de gripe aviar y que mostró ser igualmente eficaz para las víctimas de la nueva gripe.

Algunas diferencias fundamentales explicaban la alarma de la OMS y de las autoridades sanitarias nacionales: la gripe A afecta especialmente a grupos de edad jóvenes, a mujeres embarazadas y puede ser muy agresivo con personas con enfermedades crónicas.

En cambio, la gripe estacional es virulenta en las personas de edad avanzada, las que -según han establecido algunos estudios- parecen estar en buena parte inmunizadas contra esta gripe debido a que cepas que se encuentran en su composición genética estuvieron presentes en otro virus gripal que circuló hace algunas décadas.

Sin embargo, nueve meses después de registrarse los primeros casos de gripe A y seis después de la primera declaración de pandemia de la historia, los reportes indicarían que la tasa de mortalidad de esta enfermedad no es superior a la de la gripe estacional.

Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, esta gripe constituiría un "suceso leve" y ha calculado que su mortalidad es del 0,018 por ciento.

Por ahora, se han contabilizado 7.820 muertes en el mundo por esta gripe (casos confirmados en laboratorio), frente a un estimado de 500.000 decesos anuales por la gripe estacional.

La OMS, no obstante, sigue invocando mantener la guardia y ha recordado que el virus puede variar de su forma actual a una más agresiva, como ya ha ocurrido en el pasado, aunque tampoco se descarta el camino inverso, es decir que el virus mute a una versión más suave.

Lo cierto es que ya se han verificado mutaciones en varios países, aunque todavía se desconoce si esos cambios son significativos, si pueden influir en el enfoque de la lucha contra esta infección e, incluso, si podrían menguar la efectividad de la vacuna.

Asimismo, se han corroborado cerca de un centenar de casos de virus resistentes al fármaco oseltamivir, aunque en este caso la OMS ha dicho que se trata de situaciones aisladas y que la resistencia no se ha expandido.

Por ahora, 150 millones de dosis de vacunas han sido distribuidas a cerca de 40 países, en muchos de los cuales las campañas de vacunación ya han arrancado, en medio de cierto escepticismo de la opinión pública, que ha visto con desconfianza una vacuna desarrollada con tal rapidez.

Sin embargo, la OMS no cesa de repetir que esta vacuna es tan segura como la de la gripe estacional, con efecto secundarios menores (dolores musculares, fiebre de uno o dos días, entre otros) y que este constituye el medio más seguro de prevenir el contagio.

Vista la capacidad de producción mundial y los pedidos de los países ricos, la prevención a tal nivel todavía tendrá que esperar en los países de escasos recursos.

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