María Trinidad Sánchez.- El abandono y el deterioro en que se encuentra el hospital Antonio Yapor Hedep, de Nagua, limita las atenciones a los enfermos. Médicos y pacientes se quejan por la falta de espacio, equipos de diagnósticos y medicinas.
Cada vez son más precarias las atenciones sanitarias, por las condiciones críticas en que se encuentra la estructura física y la deficiencia de los servicios básicos, como energía eléctrica y agua potable, pese a ser este el centro asistencial más importante de la provincia.
El centro fue construido en el primer período de gobierno del doctor Joaquín Balaguer y a la fecha no ha sido sometido a ningún proceso de remodelación, pese a que resulta pequeño para la gran cantidad de personas que a diario busca atenciones en el lugar.
Tanto las salas de internamientos como las emergencias, no cuentan con el espacio físico suficiente, ni las camas para asimilar los enfermos que requieren ser ingresados.
El hospital tampoco cuenta con los equipos para prescripciones especializadas, lo que obliga a que los enfermos sean referidos a centros médicos de San Francisco de Macorís y la capital.
La planta física se muestra muy desmejorada y se aprecia tanto en parte interior como exterior la perdida de pintura, filtraciones y deterioro de las áreas circundantes.
También todos los baños están destruidos y los inodoros lucen inservibles, lo que dificulta un adecuado trato a los enfermos que allí buscan salud.
El hospital tampoco cuenta con un servicio de agua permanente, dificultando la higiene que requiere un centro sanitario. La falta de agua es notoria, pese a que hace pocos meses el gobierno inauguró la primera etapa del acueducto que suplirá del líquido esa población.
Según el personal médico, a ese hospital asisten enfermos del Bajo Yuna, Samaná y Gaspar Hernández y otras comunidades distantes.
Según explicaron, a diario atienden entre 200 y 250 consultas y decenas de emergencias que llegan de todos los municipios de la provincia.
Se quejaron del poco personal de que disponen para asistir los enfermos, por lo que con frecuencia se le forman tumultos en las emergencias. Allí muchos heridos en riñas y accidentes de tránsito.
Dijeron que los turnos para las emergencias son asistidos por un médico y una enfermera, lo que le crea muchos inconvenientes, tanto con los enfermos como con sus parientes que requieren se les atienda con prontitud.
La situación más triste se observa en las emergencias de pediatría, donde a diario asisten más de una veintena de madres con sus niños en brazos, afectados de procesos gripales y febriles, también diarrea, vómito y asma bronquial.
Otra situación que se observa en este centro de salud, es el maltrato física y verbalmente de que son victimas los familiares de los enfermos ingresados, a quienes el personal de seguridad les impide visitarlos.
Las quejas sobre estos atropellos son constantes, puesto que algunos han sido hasta empujados por la seguridad del centro. Los denunciantes dijeron que cuando van en horas de visitas les ponen obstáculos para poder ver sus familiares.
Rafaela Martínez, quien tiene a su esposo interno desde hace varios días, dijo que esos maltratos son constantes, especialmente los fines de semana.
Expresó que ha hecho diligencias para que las quejas lleguen hasta el director del centro, el doctor Ángel Sabino Abranson, “pero al parecer todo continúa igual”.
