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Güibia: Como cambian los tiempos

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En los años 70, 80 y principios de los 90, bañarse en las aguas de la playa de Güibia, en la parte sur de la capital dominicana y acudir con su familia a recrearse, era un delicia y una gran parte de los ciudadanos acudía allí para darse un rico chapuzón.

A mediados de los 90 y años cercanos al 2000, esta exótica playa cambio su cara y degeneró en una guarida de homosexuales, atracadores y, en el mejor de los casos, de reambulantes o personas sin un lugar donde vivir.

En el año 1990, cuando el señor Rafael Corporán de los Santos ganó como síndico de Santo Domingo, siempre mantuvo embellecido el lugar. Lo mismo hizo su sucesor, Rafael Suberví Bonilla, quien logró realizar varias obras en el Malecón para lograr su embellecimiento.

Cuando Suberví inauguró la famosa fuente de agua y luz, construida por el valor de un millón de pesos, muchas personas lo criticaron; pero ahora nos damos cuenta cuanta importancia tenía mantener ese lugar acogedor.

Al ganar Johnny Ventura la sindicatura las cosas cambiaron; ya la playa de Güibia no era lo mismo: Abandono oficial; basura por doquier y atracos prevalecieron en el lugar que era visitado por miles de dominicanos semanalmente.

En el 2002, cuando Roberto Salcedo llega a la sindicatura, intenta restablecer la playa de Güibia; pero, al parecer, nada confirmado, él y sus asesores se dieron cuenta que embellecer el lugar no era tan rentable como construir parques infantiles; que no están mal.

Muchas personas culpan a los cuatro últimos síndicos de la capital por el deterioro de la playa.

Los grandes hoteles que están en el litoral han hecho que esta playa esté altamente contaminada aunque hace unos meses se realizó un operativo de limpieza varias cloacas descargan sus desechos fecales allí, además del peligro que se exponen con las olas del mar un poco agitadas.

No se puede culpar a las autoridades municipales únicamente; también la sociedad dominicana tiene su grado de responsabilidad en el deterioro de la playa de Güibia; que el paso de los tiempos la tiene sumergida en el sucio y el abandono.

Los empresarios de la zona también deberían de aportar su granito de arena y hacer un esfuerzo por devolver a Güibia la belleza que un día tuvo, donde la gente se bañaba y se recreaba compartiendo junto a su familia.

Hay que salvar la playa de Güibia y, para ello, todos debemos de aportar nuestro granito de arena y lograrlo.

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