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Bloqueos regionales para dolor operatorio

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El control del dolor operatorio ha evolucionado tremendamente, permitiendo que el paciente comience su recuperación de manera más rápida y segura.

“A los pacientes que se realizan operaciones largas, complejas y muy dolorosas, como reemplazos articulares de hombros o caderas, ahora se pueden hacer bloqueos regionales de ciertos nervios. Los bloqueos se hacen antes de cirugía y se mantienen en el postoperatorio durante 48 horas aproximadamente, a veces más. Los bloqueos se realizan para mantener al paciente lo más confortable posible, sin dolor, pero despierto y en control”, dice el Dr. Nelson Guevara, jefe de anestesiología del Kendall Regional Medical Center, en Miami.

La ciencia médica ha desarrollado los bloqueos regionales para mejorar los resultados de las cirugías.

El dolor después de una operación puede ser muy intenso e impedir que el paciente se mueva de la cama para iniciar su fisioterapia, con lo cual las complicaciones aumentan. Los pacientes pueden desarrollar trombosis venosa profunda, que es la formación de coágulos de sangre en los vasos sanguíneos de las piernas. Eso puede ocasionar complicaciones pulmonares.

Anteriormente el control del dolor se hacía por medio de medicamentos a base de opio, que se aplican de forma intravenosa. Tales medicamentos son muy fuertes y producen mucha sedación. Cuando un paciente está muy sedado tiene riesgo de que se caiga. El proceso de recuperación tendía a prolongarse un poco más, hasta que la inflamación de la operación disminuyera, se mermaran los medicamentos y progresivamente el paciente se fuera levantando.

Con el bloqueo regional que ahora se hace, el paciente está conciente casi inmediatamente después de la operación, no requiere de tales medicamentos. Todavía se usan en caso de que el paciente tenga dolor excesivo, y se utilizan en más baja dosis. “En la actualidad tales medicamentos se tienen como un plan B. Lo que hacen los bloqueos es disminuir los requerimientos de estos medicamentos al mínimo”, explica el Dr. Guevara.

Con los bloqueos hay una mejor respuesta del paciente al estrés de la cirugía, se siente mejor, tiene una mayor disposición, pueden caminar mucho más pronto y con más comodidad.

Los bloqueos se hacen con anestésicos locales, que se aplican alrededor de un nervio. Ese nervio se busca con electricidad o con ultrasonido. La idea es identificar el nervio específico que conduce la señal de dolor, para interrumpir esa señal entre el área donde se produce el trauma de la cirugía y el cerebro.

Una vez que se ubica el nervio, se duerme el área.

“Funciona de manera similar a cuando el odontólogo aplica anestesia local a un área de la boca, para que se duerma”, explica el especialista.

Antes se identificaban los nervios con métodos anatómicos, todavía se hace así en algunos casos. “Hacerlo de esa forma es un poco más equívoco. El uso de la electricidad y el ultrasonido permite mayor precisión”, agrega el galeno.

Según la Sociedad Americana de Anestesia Regional y Medicina del Dolor (ASRA, por sus siglas en inglés), hay varios tipos de bloqueos en la anestesia regional. Dos de los más frecuentemente usados son la anestesia espinal y la anestesia epidural, los cuales se hacen por medio de inyecciones aplicadas con gran exactitud en las áreas apropiadas de la espalda. Estas a menudo se prefieren para partos y cirugía de próstata. Otro tipo común de anestesia regional es el bloqueo de nervios periféricos, el cual se hace inyectando [el medicamento] con mucha precisión cerca de ciertos grupos de nervios, con lo cual se adormece el área apropiada que requiere operarse, ya sea las extremidades (brazos o piernas) o la cabeza. Dos de los bloqueos más usados son el bloqueo del nervio femoral, inyectando la región de la pierna, y el bloqueo del plexo braquial, inyectando la región del hombro. A menudo estos bloqueos se realizan para cirugías de rodilla, hombro o brazo.

Los bloqueos también resultan útiles en operaciones gastrointestinales, ginecológicas, oftalmológicas, urológicas, torácicas y vasculares.

La ASRA advierte que los riesgos de los bloqueos para anestesia regional pueden ir desde simples dolores de cabeza, que desaparecen rápidamente o en unos días, hasta otros más peligrosos, como inyectar por error el anestésico local directamente al interior del nervio, porque podría dañarlo, pues los nervios son estructuras muy delicadas. La aplicación se hace alrededor del nervio. También puede suceder que por error se inyecte anestésico
en una vena. Por esta razón los bloqueos se hacen antes o después de la cirugía, mientras el paciente está conciente, para que haya interrelación con el médico; y deben ser realizados únicamente por anestesiólogos que tengan entrenamiento específico en estos bloqueos, y en hospitales que dispongan de la tecnología necesaria para ubicar los nervios con total precisión.

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