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Ruido del tránsito amenazaría audición de pasajeros

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Nueva York.- Un estudio realizado en Estados Unidos reveló que el ruido del transporte público, en especial el del subterráneo, sería tan alto como para dañar los oídos de los pasajeros.

Se trata de una medición del nivel de ruido del subterráneo, los colectivos, los transbordadores y los trenes de Nueva York, que halló que en las plataformas de los subterráneos llegaba a los 102.1 decibeles, lo que supera al nivel de una motosierra.

Los autores hallaron que esas plataformas eran los sitios más ruidosos del transporte público en general, que no superó los 81 decibeles en promedio, mientras que los niveles de ruido dentro de los vagones del subterráneo superaban apenas los 79 decibeles.

Los niveles de 80 decibeles o más son potencialmente peligrosos para la audición, según la duración y la frecuencia de la exposición. Los expertos recomiendan que las personas no se expongan más de 2,7 horas diarias a niveles de 80 decibeles, ni más de 15 minutos a 90 decibeles.

El nuevo estudio sugiere que quienes ocasionalmente usan el transporte público tendrían "poco a nada de riesgo" de sufrir pérdida auditiva inducida por el ruido, comentó a Reuters Health el autor principal del estudio, Richard Neitzel.

"Aun así, para las personas que lo usan a diario, y durante períodos prolongados, los niveles de ruido del tráfico son suficientemente altos como para elevar el riesgo de que pierdan audición en el tiempo", dijo Neitzel, investigador de la University of Washington, en Seattle.

Pero los usuarios del subterráneo neoyorquino no son los únicos expuestos a ese riesgo, según el artículo publicado en American Journal of Public Health.

El equipo halló que los niveles de ruido dentro de los transbordadores eran de casi 78 decibeles y en los colectivos, de 75. En los trenes que conectan la ciudad con los suburbios, el nivel promedio de decibeles fue de entre 71 y 76.

En las plataformas de los trenes y en las terminales de colectivos, los niveles de ruido eran más altos que en el interior de los trenes y los colectivos. En cambio, el interior de los transbordadores era más ruidoso que sus terminales.

Neitzel recomendó que los usuarios frecuentes del transporte público utilicen protectores auditivos y añadió que hasta los tapones más económicos son efectivos cuando se usan adecuadamente.

El equipo insistió en que aunque muchos usuarios escuchan reproductores de MP3, los audífonos estándar no bloquean el ruido externo, lo que los obligaría a aumentar el volumen para poder escuchar mejor. Esto, a la vez, elevaría aun más el riesgo de sufrir daños auditivos.

El autor recomendó que los usuarios de esos reproductores opten por auriculares que bloquean el ruido externo para poder mantener la música a un nivel seguro.

El estudio se concentró en el sistema de tránsito de más de cien años de la ciudad de Nueva York, pero Neitzel aclaró que los datos sobre los subterráneos son aplicables a otros sistemas que tengan la misma antigüedad.

Aun así, los resultados no serían aplicables a los sistemas de subterráneos más modernos, como el metro de la ciudad de Washington o el BART de San Francisco, que comenzaron a funcionar en la década de 1970.

En general, el autor explicó que las máquinas más nuevas y mejor mantenidas, ya sea un vagón de subterráneo o una cortadora de césped, son menos ruidosas que las versiones más antiguas o con poco mantenimiento.

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