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FDDNY agasaja a Mariano Rivera

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NUEVA YORK.- Desde hace un buen tiempo ha ido subiendo el estándar para los relevistas, pero Mariano Rivera sigue siendo el modelo a seguir.

Con su juego salvado 500 de por vida, el panameño ha alcanzado un sitial tan exclusivo que hay un solo ocupante más. Ese es Trevor Hoffman, de los Cerveceros de Milwaukee, cuyo repunte este año ha sido tan impresionante que no se le puede descartar los 600 rescates en algún momento. Pero por ahora volvamos a lo de Mariano y los 500.

El acumular 500 salvamentos significa algo más que un éxito personal. En el caso de Rivera, esos juegos salvados fueron parte íntegra del éxito de los Yankees de Nueva York. Rivera fue el cerrador para los títulos de los Mulos de 1998 al 2000, y fue el taponero en 11 años consecutivos en unos Yankees que llegaron a postemporada.

Por tal hazaña, la Fundación Dominicana de Deportes en Nueva York, que dirige Daniel –El Quemaíto- Reyes, agasajó y entregó una placa de reconocimiento a Mariano Rivera, quien a parte de ser un destacado atleta, es un amigo fiel de la FDDNY.

El panameño, quien estuvo acompañado de su admirada esposa Clara Rivera, de sus hijos Marianito, Yafel y Yasiel, así como también una hermana de su esposa, disfrutó en grande la memorable actividad que se realizó en el popular restaurante El Nuevo Caridad, de Miguel Montás, en la parte alta de Manhattan.

El popular segunda base de los Yankees de Nueva York, Robinson Canó, así como también el jardinero central de ese mismo conjunto, Melky Cabrera, acompañaron a Mariano, en gesto de hermandad y caballerosidad a su compañero y gran amigo.

Memorables momentos se vivieron en este acto de reconocimiento, celebrado a casa llena en el lujoso y llamado Salón de la Fama de los peloteros en Nueva York, El Nuevo Caridad Restaurant.

Héctor Martínez, vicepresidente de la FDDNY, leyó la semblanza de Mariano, mientras Miguel Montás dijo emotivas palabras.

Daniel –El Quemaíto- Reyes, al momento que entregaba la placa a Mariano, habló de lo sensible que es este admirado prototipo y ejemplo a seguir.

Mientras Daniel Reyes hablaba del gran lado humano que tiene Mariano, decenas de niños y los jovencitos de la liga Raiders de El Bronx, campeones del 2008 de la tercera Copa Mariano Rivera, se pararon desde sus asientos y le dieron un gran aplauso a Rivera.

"Muchas gracias por todo. No puedo esconder la alegría que siento. Nunca pensé que estaría en este sitial en las Grandes Ligas, pero lo más importante es saber que uno siempre tiene los pies sobre la tierra. Gracias al Quemaíto por su siempre interés", dijo Rivera.

Subrayó que estar celebrando esta hazaña en Washington Heigth significa para él un gran orgullo. Gracias otra vez a Daniel y también a Miguel Montás, hombre digno de admirar.

En este inolvidable acto, donde Mariano también compartió con la gente del barrio, participaron las distinguidas personalidades Daniel Mcquade y Jhon Capola, representantes White Rose; Hommy Peña, Rolando Céspedes y Marialea Alejo, ejecutivos de Health Plus; Neftali Medina, de Pionner Supermarkert; Julio Isidor, alto ejecutivo de Cibao Meat Productions, José Matos, de la compañía de productos alimenticios Vitarroz, entre otros.

De paso, el panameño ha hecho de la recta cortada un lanzamiento de leyenda, aunque nadie ha llegado ni cerca de su éxito con dicho pitcheo. Su boleto a Cooperstown se hizo hace mucho tiempo, pero el salvamento 500 representa un número redondo para su obra. Y junto a lo que ha hecho Hoffman, pone un estándar en el rol de cerrador difícil de alcanzar.

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