• Print
close

Una estrella en decadencia

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

El doctor Leonel Fernández ha manifestado que no necesitamos de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este es un síntoma claro de que, a pesar de todo, su alergia a la disciplina fiscal continúa.

Su posición la justifica argumentando que la crisis financiera internacional va cediendo, por lo que muy pronto el país tendrá acceso al crédito comercial en cantidades suficientes como para sortear los compromisos presentes y futuros. Es evidente que la mirada del Presidente permanece clavada en las elecciones. Ahora en las de medio término.

Sin embargo, en esta oportunidad, los resultados serán diferentes. Jugar al populismo, en los momentos miserables que vive el país, equivale a jugar con fuego. El descenso definitivo a los infiernos del Partido de la Liberación Dominicana es cuestión de muy poco tiempo.

Desde mediados del año pasado, la dinámica comercial en la República Dominicana padece de anemia crónica. Solamente en lo que va de este año 2009, los ingresos del gobierno vía las recaudaciones, han caído en RD$6,380 millones con relación a lo estimado. El Secretario de hacienda, sin más remedio, ha tenido que soltar la perla a la opinión pública. La cartera del gobierno se va quedando vacía.

¿Por qué estamos tan mal? Por la aplicación de una política fiscal irresponsable en el primer semestre del 2008. Mientras todos los países sensatos del mundo aplicaban una política económica anticíclica, con la finalidad de mitigar los efectos del choque externo que representaba la escalada alcista de los precios de los bienes importados, incluyendo la locura petrolera, aquí hicimos todo lo contrario. Siguiendo los preceptos del fundamentalismo electoral característico del continuismo, para ganar había que gastar; Y se gastó por pila.

¿Qué paso luego de las elecciones? Para preservar la estabilidad del tipo de cambio, que milagrosamente había quedado sujetada por un hilo, era imprescindible frenar la demanda agregada de toda la economía. Con reducir el gasto público a su mínima expresión en el segundo semestre del año no era suficiente. Se encendió entonces la aspiradora monetaria, y se multiplicó por cero la tasa de crecimiento del crédito privado. Nunca antes las tasas de interés habían subido tanto en tan poco tiempo. Fue un jalón de golpe a la emergencia, que hasta la fecha mantiene completamente frenado el consumo privado.

¿Y ahora qué? La política monetaria se ha flexibilizado para reanimar el comercio y la construcción, que son las actividades de mayor encadenamiento interno en la economía dominicana. Aunque las tasas de interés han disminuido, la severidad del daño causado retardará notablemente el proceso de recuperación de estos dos sectores. Pero además, el impacto de la crisis internacional en los ejes mediante los cuales se inserta la economía dominicana en el exterior: turismo, zonas francas, exportaciones, inversión extrajera y remesas, limita sustancialmente el efecto de las medidas monetarias.

Para salir de este tollo, hace falta con urgencia el ingreso de recursos frescos para apoyo presupuestario, que garanticen la estabilidad macroeconómica; Es un imperativo ampliar en lo inmediato los programas sociales para calmar la desesperación de un pueblo hambriento; La implementación de un plan de pequeñas obras civiles en toda la geografía nacional no aguanta un día más; Un fondo de estabilización para el sector eléctrico que garantice un suministro confiable es una tarea impostergable; no hay un minuto que perder para proceder a la capitalización de las pymes con tasas no mayores al 8% anual. Para asumir estas medidas con la celeridad necesaria, se requiere la asistencia del FMI.

Costa Rica, El Salvador y Guatemala, que tienen perfiles similares a la economía dominicana ya han firmado. Nosotros estamos obligados a hacerlo también, con eso tendremos la liquidez para afrontar los desafíos por venir y mejorar la confianza de potenciales inversionistas. Es tiempo de colocarse las gafas socialdemócratas para observar a la gente en primer plano. Más demoras y vacilaciones apostando al imposible es un castigo inmerecido a la sociedad dominicana. El populismo únicamente desvanecerá aun más el brillo de la estrella amarilla, que por lo que se observa, va en franca decadencia.

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page