Bogotá.- La segunda reelección del presidente colombiano, Álvaro Uribe, aún tiene escollos por superar, como la conciliación en las dos cámaras del Congreso de la ley para convocar un referendo y la investigación sobre la financiación en la recolección de firmas para promover la consulta.
Analistas consultados hoy por Efe aseguraron que la aprobación en el Senado de una convocatoria a un referéndum para consultar a los colombianos sobre la posibilidad de que Uribe se postule a una segunda reelección en los comicios de 2010 era solo uno de varios obstáculos que aún debe superar para mantenerse en el poder.
El experto en derecho de la Universidad de Harvard y profesor de la Universidad de Los Andes, Nelson Sánchez, señaló que la carrera ahora es contra el reloj, porque los tiempos son muy justos para que el actual jefe de Estado se pueda postular para un tercer período.
"El tiempo da muy justo pero daría", es muy probable que incluso si la Corte Constitucional se toma seis meses para dar luz verde a la consulta, Uribe alcance a ser candidato haciendo una campaña muy corta, dijo.
La primera piedra en el zapato está en que no hay acuerdo en el texto aprobado por la Cámara de Representantes y el que ayer autorizó el Senado.
De acuerdo con el documento de la cámara baja, los colombianos serán consultados sobre una segunda reelección de Uribe en los comicios de 2014, mientras que el del Senado pide a la ciudadanía pronunciarse sobre un tercer período consecutivo en 2010.
"Si no hay acuerdo en los dos textos, el proyecto de ley no sale del Congreso y podría hundirse. Así se han hundido muchas leyes en Colombia", apuntó Sánchez, quien, sin embargo, cree que ese es un escenario poco probable.
"Ahí va a haber mucho manejo político (…), incluso pueden haber hasta prebendas para el voto", afirmó. Después de la casi segura conciliación de los textos, pasará a ratificación presidencial y ahí se sabrá si Uribe realmente aspirará a la reelección, algo que todavía no ha querido confirmar o rechazar.
Cada vez que la prensa lo interroga por la reelección, el mandatario defiende la continuidad de su política de seguridad democrática y da paso a la "siguiente pregunta".
El paso que sigue es el control que debe hacer la Corte Constitucional y que puede "hundir" el proyecto por "vicios de trámite" o "de forma". Tiene 90 días a partir de que le sea enviado el texto y podría solicitar 90 días más, hasta seis meses de plazo máximo, para hacer su estudio.
Es muy probable que la Corte Constitucional no emita una decisión hasta que conozca el veredicto del Consejo Electoral, que investiga si en el proceso de recolección de firmas para presentar ante el Congreso la convocatoria al referendo se superaron los topes presupuestales y si entraron dineros mal habidos.
En caso de que comprueben las denuncias sobre la entrada de recursos de una firma de captación ilegal investigada por vínculos con el narcotráfico o que ingresaron a las arcas de la campaña por la consulta más fondos de los que ponen como tope, se estaría ante "un vicio de trámite de la ley que convoca al referendo".
"No es obvio que se trate de una iniciativa popular, pues el lío, aún no aclarado, de la financiación de las firmas, muestra que posiblemente hubo intereses turbios en la promoción del referendo", opinó el experto en Derecho Constitucional, Rodrigo Uprimny.
Explicó que no se está frente al pueblo colombiano "autoconvocándose" para cambiar la Constitución, sino frente a una iniciativa de orígenes "poco transparentes". Uprimny señaló que una nueva reelección en Colombia erosiona el Estado de derecho al menos por tres razones.
"Agrava aún más el desequilibrio de poderes, pues Uribe terminaría por tener una influencia decisiva en casi todos los demás órganos de Estado; la separación de poderes quedaría herida de muerte", apuntó.
Además, rompe la idea de que la Constitución es una regla de juego a la que todos se deben someter en forma duradera, para controlar precisamente los abusos de poder y asegurar los derechos de las personas.
Por último, dijo, porque Colombia entraría en la "nefasta" tradición latinoamericana del caudillismo porque el proyecto de referendo tiene nombre propio: el presidente Uribe.
"Por ello, en nombre del pueblo y de la democracia, esa reforma reeleccionista corre el riesgo de anular lo poco que queda en Colombia de democracia", puntualizó.
El último escollo de una nueva reelección, en caso de superar todos los demás, estará en convocar a los más de 7 millones de colombianos a las urnas necesarios para que la consulta tenga validez.
En octubre de 2003 Uribe sufrió su única derrota en las urnas al convocar a un "referendo contra la corrupción y la politiquería" que no obtuvo los votos necesarios para ser aprobado.
Una reciente encuesta señaló que un 59 por ciento de los colombianos acudiría a votar en caso de que se convoque a un referendo y de ellos un 84 por ciento diría "sí" a la reelección de Uribe.
