close

¿Y dónde está la otra voz?

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

Las noticias corren veloces en estos días, en contraposición a la lentitud de lo que debió tener otro ritmo, o mejor aún, otros discursos y diferentes lecturas.

Ni hablar de la interpretación que por lógica ha de darse a la inasistencia de asambleístas a determinadas sesiones, porque esto no sólo demuestra “anorexia” o falta de interés por los trabajos en el proyecto de reforma, si no que desacredita a quienes deben responder por todo su contenido y forma ante la sociedad dominicana.

Mientras que legisladores de la corriente de Vargas Maldonado confirman que el ex candidato presidencial del PRD “llegó a un acuerdo con el doctor Leonel Fernández para eliminar el nunca jamás de la Constitución de la República”; y aseguran, además, que dicha decisión cuenta con el apoyo de cerca del 95 por ciento de los miembros del PRD, se establecen otras controversias y llamados a las denominadas “fuerzas vivas”.

Por ejemplo, el empresario político y vicepresidente del PRD, Antonio Najri considera que dichas “fuerzas vivas y conscientes de la nación”, deben “elevar su voz de protesta ante la ignominia que representan los acuerdos políticos que dan una estocada a la democracia dominicana”.

El caso es que quienes están definiendo y, en definitiva, redactando lo que será la Carta Sustantiva del país, conocen en demasía del contenido solemne que debe integrar cada debate y toma de posiciones, en cada uno de los aspectos que sean aprobados.

Se trata de la Constitución de la República, de su Carta Magna, esa que ha de regir los pasos inmediatos y tengamos fe en que también sean los mediatos, pues lamentablemente, cada cierto tiempo se intenta reformar este medular documento, como si se tratara de un traje a la medida.

Pero, en medio de todo esto, la pregunta sigue siendo: ¿dónde están las voces populares? ¿Se han tenido en cuenta las opiniones de la sociedad dominicana?

Sería mejor poner el oído en el corazón del pueblo y así se sabría, en verdad, qué hacer con el artículo 49, más conocido por el “nunca jamás”. Por supuesto, también se conocería cómo actuar con muchos otros…

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page