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Informe revela niños desnutridos desarrollan menos cerebro

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Los niños con bajo nivel de alimentación o enanismo nutricional durante ese período tienden menos a desarrollar el cerebro, de acuerdo con un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Centro de Para América Latina (Cepal)

El informe revela que la adecuada nutrición, estimulación cognitiva y educación durante este período crítico ayuda a los niños a desarrollar hasta el máximo de su potencial.

Explica que los niños con enanismo nutricional tienen más probabilidades de desplegar pocas aptitudes cognitivas y a retrasarse en su evolución general. Si quienes están a cargo del cuidado de los niños pequeños viven en condiciones de pobreza, estarán física y mentalmente estresados y con frecuencia serán incapaces de interactuar de manera significativa, enriquecedora y estimulante con sus hijos.

Indica que estos niños tienen más riesgos de ser descuidados, situación que afectará su desarrollo cognoscitivo y socioemocional. Por ello, el entorno en que nazca un niño desempeñará un rol importante a la hora de determinar sus logros como adulto.

Añade que dado que las intervenciones en la primera infancia han demostrado ser tan efectivas en reducir la brechas en los indicadores cognitivos, socioemocionales y de bienestar físico, pueden servir también para igualar las oportunidades.

Expresa que el acceso a servicios de desarrollo en la primera infancia (DPI) y a los indicadores en este campo son muy disímiles en la región. Los niños de algunos países parecen estar recibiendo prestaciones adecuadas y sus indicadores son muy positivos. En otros países, en tanto, los niños enfrentan desafíos mayores y su desarrollo parece correr graves peligros.

No obstante, los especialistas aclaran que los promedios, sin embargo, ocultan grandes disparidades en el porcentaje de niños y jóvenes que viven en condiciones de pobreza en la región. En Ecuador, México y Uruguay, por ejemplo, menos del 25% de los menores de 18 años viven por debajo de la línea de pobreza relativa..

Dijeron que a diferencia de las tasas absolutas, la línea de pobreza relativa se traza en relación con el nivel de ingreso y(o) consumo típico de un hogar o individuo en un país determinado. En este sentido, en una región como América Latina que se caracteriza por una creciente desigualdad, tiene sentido utilizar la línea de pobreza relativa.

En el informe de UNICEF-CEPAL, revela, de igual forma, que los niños que viven debajo de la línea de pobreza relativa son aquellos pertenecientes a hogares con una mediana de ingreso inferior al 50% de la mediana nacional. En el caso de Brasil y Panamá, la cifra se sitúa más cerca del 35%.

Subraya que las disparidades entre los países persisten cuando se observa la distribución de los niños con enanismo nutricional. Países como Chile, Jamaica y Cuba tienen menos de 5% de niños en estas condiciones. En otros países, entre ellos Perú, Bolivia, Ecuador y Honduras, superan el 25%. Por su parte, Guatemala se sitúa en el otro extremo, puesto que más del 45% de los niños sufren este problema (CEPAL, 2005).

Precisa que las intervenciones en la primera infancia son eficientes en términos económicos y generan rentabilidades más elevadas que inversiones realizadas en una etapa posterior en los jóvenes desfavorecidos en EE.UU.

Las políticas de DPI son quizás uno de los recursos más promisorios al alcance de las autoridades responsables de la región que luchan por romper el ciclo de la desigualdad.

En América Latina, los niños de padres pobres tienen una probabilidad alta de ser pobres también. De hecho, cuando los adultos a cargo pertenecen a los grupos carenciados, los niños enfrentan mayor riesgo de sufrir enanismo nutricional, enfermedades infantiles y mortalidad y morbilidad.

En 2004, la tasa de pobreza rondaba los 22% en América Latina. Un porcentaje mucho menor (8,6%) vivía en condiciones de pobreza extrema. Y si bien las tasas de pobreza disminuyeron bastante en los últimos 20 años, la pobreza extrema desgraciadamente se redujo a un ritmo mucho menor.

Algunos países como Brasil tienen tasas de pobreza relativamente bajas si se considera a la población en su conjunto (16%), pero la proporción de niños pobres entre cero a seis años es mucho más alta (31%). En Nicaragua, El Salvador y Perú, casi el 50% o, en algunos casos, más de la mitad de los niños de esas edades vive en condiciones de pobreza.

Cuando se grafica respecto del PIB per cápita y se utiliza una línea de tendencia, se constata que en estos tres países, además de Guatemala, México, Brasil y Venezuela, hay más niños pobres que lo que indicaría su PIB per cápita.

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