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Educación-Barrio Seguro

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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“Conocer el valor de la educación y no realizarla es una infamia”.

La violencia lleva al caos, lagrimas, luto, destrucción, degradación, pérdida de lo mejor del hombre, miseria, alejamiento del amor, ,la confianza que impide plasmar nuestro deseo de crecer unos con los otros manteniendo aislados y ajenos, como si nuestra ciudad fuera el ámbito donde nos distinguimos del otro, en vez del lugar donde podemos hermanarnos, en comunión de bienes e ideales, en un clima de solidaridad donde “lloro con el que llora y rio con el que ríe”.

Sólo así nuestras ciudades dejaran de ser “una soledad plagada de aullidos”.

La violencia en los barrios de suma pobreza, arraigada, esos hijos de las necesidades primordiales jamás de someterán con la aplicación de la violencia.

Los desamparados no pueden anidar la sumisión en sus corazones. Los hechos son elocuentes, la fuerza nunca ha bastado para dominar, menos conquistar a los hombres.

Los hay que conquistaron a los hombres por el ejemplo y ejercicio del bien, de la virtud. Sólo así se logra que se abandone la rebeldía y se acaten las normas sin recelos y con un corazón alegre. Todo hombre que es amado, que vive el amor del hombre, se transforma.

Hay que aplicar los fundamentos de la comprensión, de la bondad y de seguro no florecerá la violencia.

En los barrios donde la juventud no tiene ninguna ventana de oportunidad para mejorar, hay que ir con la decisión de educación. Escuelas vocacionales, de formación laboral donde el sol alumbra con un desayuno, clase, almuerzo y en la tarde en los talleres de distintas profesiones: electricidad, motor diesel, electricidad de motores, albañilería, plomería, torno, carpintería, barbería, ebanistería, electrónica, sastrería y otras profesiones que permitan integrar los jóvenes al mercado laboral. También, una biblioteca para estudio nocturno.

Así se aleja al niño, al de la pubertad y adolescencia de las drogas y la violencia.
Anhelo conocer al hombre humanitario, el que desea verse asimismo establecido, procurando que los otros vivan con el éxito. Ser capaz de tomar los propios sentimientos como guía, puede llamarse el arte sublime del humanitarismo.

El humanitarismo de basa en mostrar una actitud reverenciar en las relaciones familiares y sociales, igual que si se estuviera participando en una ceremonia religiosa. También siendo muy comprensivo con los demás, pues nunca debían ser considerados inferiores, al contrario de le debía tratar mejor que a uno mismo.

Seguir el consejo “no haga a otro lo que no quieras que te hagan”. Esta frase tiene el sentido democrático de la reciprocidad tan cercano a la solidaridad.

Todo ser humano, debe tener muy en cuenta sus propios sentimientos y ambiciones, como guía respecto a sus deberes y necesidades de los otros, de manera que sea posible tratarlo en un plano de igualdad. Esta suprema virtud enseña un profundo interés por el beneficio mutuo.

Si todo humano amara más a su prójimo, sus disparos químicos tendrían otra cualidad y el sueño de un mundo mejor dando un paso más adelante.

Debemos comprender que la única manera de actuar contra la delincuencia, en esos lugares de pobreza es comenzando desde la niñez con una bien programada educación que concluya con la formación técnica profesional. Sólo miremos al Instituto Politécnico Loyola y las escuelas vocacionales de las Fuerzas Armadas.

Los necesitados son nuestros hermanos.

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