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Duarte Vive

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Cada amanecer una nueva vida, una comunicación de agradecimiento con Dios y un autoanálisis. Son las 05:10 del histórico 26 de Enero. Comienzo con los ojos cerrados, en silencio, en espera de que surjan ideas, imágenes.

Se me presenta un rostro entristecido con la mirada débil, perdida en profundo pesar. Creía estar viendo a un apóstol de los doce escogidos por Jesús. Al escuchar una voz cargada de tribulaciones pensé en Duarte. ¡Oh Dios… si es el Patricio de la dominicanidad! el cual decía: “Por favor no…no me recuerden con flores, permítanme con humildad señalar que han olvidado nuestros esfuerzos, la sangre que abonó la tierra de patria, la herencia de libertad y soberanía; ustedes no están actuando para sus hermanos dominicanos, no aman la patria, el terruño donde nacimos, el cual está hecho no sólo de sus montañas, ríos y valles.

“La tierra de patria esta abonada con los huesos de los hombres que han caído en ella, restituyéndole su cal, su hierro, su azoe y su carbón.

“Percibo el patriotismo como el deber que tiene todo dominicano de trabajar activamente para el desarrollo y satisfacción de las necesidades de la nación. Estos intrínsecos e intensos amores los veo perdidos en el discurrir político de hoy, los cuales son la esencia y la vida de un Estado libre y soberano”.

Han olvidado los acontecimientos históricos, por eso los repiten. Les recuerdo: “Nunca me fue tan necesario como hoy tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón, conspiran contra la salud de la patria”.

Toda la geografía nacional esta haitianizada. Olvidan: “Entre los dominicanos y haitianos no es posible una fusión”.

Han mezclado de manera vergonzosa e inmoral la política y la corrupción. La avaricia con sus garras lacerantes enferma el espíritu y nubla la razón; todos se hacen daño. Oigan: “La política no es una especulación, es la ciencia más pura y la más digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles”. Esa fue mi guía patria.

La política es amor a los demás. La corrupción es desacato, robo de los bienes nacionales. A la justicia le han quitado la venda, dándole vigencia a Platón cuando afirmó: “Yo os declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte.

“El buen dominicano tiene hambre y sed de la justicia a largo tiempo, y si el mundo se la negase, Dios que es la suma bondad, sabrá hacérsela cumplir y no muy dilatado; y entonces ¡Ay! de los que tuvieron oídos para oír y no oyeron, de los que tuvieron ojos para ver y no vieron… ¡La eternidad es nuestra idea! Porque ellos habrán de oír y habrán de ver entonces, lo que no hubieran querido oír ni ver jamás.

“La nación dominicana es la reunión de todos los dominicanos” Son una sola familia, sin embargo los intereses egoístas de ciertos falsos, llamados “líderes”, los tienen separados como enemigos ancestrales, ni siquiera acogen dialogar para buscar soluciones, tienen sus clanes con el único propósito de enriquecer, saquear el erario público, ya es una nación debilitada; aun hay tiempo. Únanse, entréguense unos a los otros.

Yo reuní a todos y triunfamos. Es necesario: “Ser justos lo primero, si queréis ser felices. Es el primer deber del hombre; y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos”.

Los jóvenes trinitarios impulsados por fuerzas interiores fueron los forjadores de la patria libre. Hoy han olvidado la educación creadora del hombre sano. Las enseñanzas de Hostos sobre la moral, cívica y sociología; esos deberes y responsabilidades del ciudadano están ausentes de las aulas. A la juventud hay que educarla con el buen ejemplo.

“Seguid jóvenes amigos, dulce esperanza de la patria mía, seguid con tesón y ardor en la hermosa carrera que habéis emprendido y alcanzad la gloria de dar cima a la grandiosa obra de nuestra regeneración política, de nuestra independencia nacional; única garantía de las libertades patrias”.

Vivo el inmenso pesar de ver a los dominicanos día tras día en discusiones encendidas y estériles que nada aportan al desarrollo, con su actitud están de espalda a la naturaleza, que bendice sol , agua y tierra, fuentes naturales de producción.

Les urge un ejercicio de directrices administrativas sanas, unirse, entregar cada uno su amor para fortalecer la salud, educación, seguridad y economía de todos; sólo así se es feliz. Es posible: “El amor de la patria nos hizo contraer compromisos sagrados para con la generación venidera, necesario es cumplirlos, o renunciar a la idea de aparecer ante el tribunal de la historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes”.

Amables lectores, no todo está perdido, sigamos al padre fundador de la dominicanidad en su perseverancia: “No he dejado ni dejaré de trabajar a favor de nuestra santa causa haciendo por ella, como siempre, más de lo que puedo; y si no he hecho ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en su obsequio; es porque nunca falta quien desbarate con los pies lo que yo hago con las manos”.

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