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La voz de la lira

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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En ocasiones los presidentes que gobiernan en el mundo tienen que oír las voces de la sociedad. No hacerlo es un grave error político que con el tiempo se convierte en un tribunal del pueblo.

El pueblo, en particular el dominicano, tiene un arma poderosa en el sistema democrático, es que sabe pasar balance castigando con el voto a quienes los defraudan.

La historia más reciente es Hipólito Mejía Domínguez, que emerge lleno de popularidad y gloria terminando su cuatrienio ahogado políticamente por los efectos de las consecuencias de una reelección manipulada, comprada en una reforma al vapor y repudiada en su propio partido.

Los hechos están ahí y a Hipólito se le dijo, se le advirtió y alertó en el sentido de que no debía reelegirse y así lo hizo, pasando a ser en la práctica por su impopularidad el mejor jefe de campaña del doctor Leonel Fernández Reyna, quien finalmente regresa al poder por segunda vez y nuevamente, puesto que Hipólito legisló para que fuera así, se reelige internamente en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pasándole por encima a su rival Danilo Medina, que por el golpe recibido se limitó a decir que .fue derrotado por el Estado, pasando ser un político de ultratumba sin voz para hablar y en la sombra, porque sabe que si desafía a Leonel le puede ir muy mal.

Es decir, que Danilo está jugando a la espera y una vez que entienda que el torbellino político electoral le favorece, arrancará en busca de una nominación interna y de lograrla luchará por la presidencia.

Históricamente, como en reiteradas oportunidades lo planteara Juan Bosch, líder del PLD y el doctor José Francisco Peña Gómez, la reelección presidencial es mala y Bosch, que conocía al dedillo el comportamiento del pueblo dominicano, advertía que aunque algo bueno debe tener lo malo, no tenía a la hora de un análisis socio-económico y político una posición absolutista, llegando incluso a pactar con su enemigo político de toda la vida y reelecionista de siempre Joaquín Balaguer, avalando el llamado Frente Patriótico.

Un frente Patriótico que les abrió las puertas del poder al doctor Fernández Reyna, que una vez fallecidos los tres grandes caudillos, políticos y líderes, Bosch, Peña Gómez y Balaguer se ha quedado reinando solo sin oposición, dueño de su carisma, una popularidad propia y la sagacidad adquirida como alumno privilegiado de estos grandes de la política dominicana. Ahora bien, si Leonel no escucha las voces del pueblo, esto se puede reinvertir porque como dice ese mismo pueblo, una cosa piensa el burro y otra el que lo está aparejando.

La diversidad juvenil que convocó por la red de Internet una protesta cívica en menos de 24 horas hizo sentir su voz. La juventud no está conforme, ha salido a las calles, quiere castigo para los corruptos y que la impunidad no se escude en el poder.

Es un reclamo a ser tomado en cuenta por el presidente Fernández Reyna y lo que proclamara en voz alta en el parque La Lira el estudiante de término de periodismo y líder de los grupos estudiantiles de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Amaury Florenzan, en el sentido de que si a la juventud se le cierra la vía pacífica, no se atienden sus demandas, entonces no vacilarían en repetir otro abril del 1965.

Esto debe tomarse en cuenta, porque Amaury Florenzan lo que hace es recoger el eco y la decisión de lucha de la juventud. Los principales movimientos sociales surgen de los estudiantes y los jóvenes. A la revolución febrerista de la independencia le decían la revolución de los muchachos y la gesta del 24 de abril del 1965, la llamaron de igual forma.

Los muchachos pacíficamente desean ser escuchados y usted, presidente, tiene que oírlos.

Como debe oír, presidente, al senador Wilton Guerrero Dumè, un senador de su partido, que al parecer tiene mucho que decirle sobre el narcotráfico y los carteles militares que operan en el Sur.

Es de sabio oír, analizar y actuar.

Usted presidente es un hombre sabio, oiga a sus verdaderos amigos, que son los que les dicen la verdad, que siempre han estado a su lado y desean lo mejor para usted y el país. Quienes les ocultan el fondo de la matanza de Paya no son sus amigos.

Quienes lo alaban en busca de prebendas no son sus amigos.

Quienes les sugieren decretos que producen malestar como el caso que originó la protesta del parque La Lira no son sus amigos.

Sus amigos son los que les dicen la verdad sin pasarle factura y en ocasiones les hacen sentir molesto.

Presidente, ya lo dijo Thomas Jefferson, el mejor amigo de un gobierno es una prensa crítica, libre y responsable.

Aquí lo dejo.

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