No cabe dudas que las decoraciones llenas de bombillas encendidas durante horas que vemos en muchos edificios, es un derroche de algo que el país no posee…… abundancia de energía eléctrica barata. Tal vez esas maravillosas y exuberantes exhibiciones lumínicas representan más bien una manifestación de lo que deseamos tener y aún no hemos logrado.
Al riesgo de ser comparado con Ebenezer Scrooge, el odioso personaje de la obra de Charles Dickens ‘Cuento de Navidad”, considero que debemos como sociedad ser un poco más austeros sin perder la creatividad.
Llama la atención que mientras cientos de árboles aparecen decorados con un sinnúmero de luces, muchas calles permanecen completamente obscuras. El peligro para los peatones y vehículos es bien conocido por todos, y se acentúa aún más en estos momentos en que los actos delincuenciales se intensifican.
Sugiero que las decoraciones exteriores no tengan luces, ya que son pocas las personas que se pasean por las calles para disfrutarlas, y la verdad es que desde los vehículos circulando en el tráfico congestionado y lo peligroso de la ciudad, no se aprecia con justicia la belleza de esas expresiones artísticas.
Por otro lado, sería relativamente fácil determinar el impacto en el consumo de energía eléctrica por ese despliegue lumínico durante el periodo navideño, que por cierto se extiende más cada año. Aún más interesante sería determinar si los ingresos de las compañías distribuidoras aumentan en la misma proporción, o si el Estado también subsidia esas decoraciones.
Bueno, en realidad no es la intención de este breve artículo, echar un jarro de agua fría a las festividades navideñas. Es más bien hacer conciencia.
En los comercios y en los hogares, es lógico que el que pueda pagar el aumento en el consumo, tenga sus arbolitos de navidad lleno de luces. Además las familias disfrutan de esa decoración cuando se reúnen para celebrar las festividades usualmente de noche, y el comercio tiene luces encendida a todas horas de manera que unas luces más no hacen la gran diferencia y por supuesto tienen que atraer a los clientes.
Aunque el deseo de crear un ambiente festivo a través de la iluminación es de agradecer, sería mucho más loable si el ahorro obtenido por dispensar con el uso de energía eléctrica se destina a entregar productos o recursos financieros a los más necesitados.
Feliz navidad con y sin luces…..
