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En recesión!….. ¿y qué?

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Se acaba de anunciar que los EEUU están en recesión desde diciembre de 2007. Un año completo y no se sabía, aunque los indicios eran evidentes. Frente al temor de que se acercaba una recesión, los inversionistas han ido vendiendo sus acciones antes de que su valor bajará aún más y en el proceso han acelerado y acentuado la caída de esos títulos valores.

Una vez se acepta que estamos en recesión, existe una tendencia de atenuar el temor producido por la incertidumbre; no obstante, la volatilidad en los mercados de capitales. Progresivamente, el enfoque de los protagonistas en esos mercados, se irá dirigiendo a identificar, lo antes posible, los indicios de recuperación de la economía con el propósito de comprar acciones y otros títulos valores, antes de que estos comiencen a subir consistentemente. Se reconoce que la actual recesión se perfila como la más profunda y extensa desde la depresión de la década de los años 30 del siglo pasado.

Se prevé que se incrementarán las ya cuantiosas pérdidas a medida que el crédito se siga contrayendo y las empresas vayan recortando sus operaciones con la resultante reducción en sus ganancias. Esas son las expectativas y en los mercados de capitales son, precisamente, las expectativas de ganancia las que determinan el precio de las acciones.

Es importante entender que, aunque una empresa exceda en un periodo determinado los ingresos proyectados, si estos son inferiores a las expectativas de los analistas del mercado o de los inversores, el valor de la acción baja. El mercado castiga el incumplimiento con las expectativas aunque estas provengan de fuentes ajenas a la empresa. Por supuesto, que esas expectativas se fundamenten también en la información y proyecciones que la propia empresa provee.

En ese aspecto, las empresas ya comienzan a ser más conservadoras y proyectan ganancias mucho más modestas para los meses venideros. Las expectativas son muy bajas y, por consiguiente, se acentúan las posibilidades de alcanzar los beneficios proyectados. Esa situación crea un cierto grado de “optimismo cauteloso” en los mercados, a medida que van quedando satisfechas sus expectativas.

Además, en la actualidad, las ganancias que las empresas han registrado en los últimos dos trimestres del año en relación, con las obtenidas en el mismo periodo del 2007, son muy desalentadoras lo cual impacta negativamente en el inversor. Sin embargo, las ganancias que se anticipan para el próximo año, comparadas con los resultados obtenidos en el 2008 serán menos decepcionantes lo cual disminuye el impacto negativo en los inversores.

Se reitera que en los mercados de capitales las decisiones de inversión se toman en base a las expectativas de ganancia y, por lo tanto, se premia o castiga los resultados obtenidos en comparación con esas expectativas. Ese es el elemento de especulación que impulsa todas las inversiones o decisiones con efectos futuros. Ese factor es esencial ya que sin él no podrían funcionar los mercados.

No obstante, cuando se desvirtúa y se crean expectativas artificiales con el propósito de incentivar la inversión de manera desenfrenada, más allá de la realidad y la prudencia, se producen burbujas de proporciones incalculables que al estallar causan una crisis como la que el mundo sufre en la actualidad.

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