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Leonel y los Ángeles de Charlie

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Los Ángeles de Charlie es una serie de televisión norteamericana que
ha encantado a varias generaciones. En ella actúan tres mujeres que, además de bellas, tienen mucho coraje.

El argumento de cada entrega está basado en cumplir con la encomienda que le asigna su jefe Charlie, quien sólo se comunica con sus "agentes" vía telefónica, a través de lo cual instruye y recibe los informes.

Nunca se ha visto en persona la figura de Charlie. No sabemos si Charlie es de tez blanca, oscura o amarilla; tampoco se conoce su tipo de cabello, si es crespo o lacio. No sabemos si es bondadoso, de mal genio, si le gusta sonreír o es de rostro duro.

Los ángeles se la pasan ejecutando las instrucciones de Charlie; pero, ni en los momentos más difíciles, ni cuando se encuentran al borde de la muerte, la presencia física de Charlie es posible.

La permanente ausencia física de Charlie quizás sería la debilidad de la saga; para otros sería la incógnita ideal que hace atractivo el film. Pero, cuando se trata de un presidente de una nación la cosa es diferente.

Mister Charlie y sus ángeles parecen tener afinidad con el presidente dominicano y sus funcionarios. Pero, lo inaceptable de esto es que el presidente de la República no puede estar ausente de las necesidades de la población como si el país se tratara de una saga similar a Los Ángeles de Charlie.

Los funcionarios no pueden pasársela en los medios de comunicación diciendo que "el presidente hará esto o aquello; el presidente dispuso aquello y lo otro…..", y el presidente nunca da la cara ante un pueblo agobiado por la falta de energía eléctrica, comida cara, abandono en los servicios de los hospitales, el desempleo y el caos del transporte público de pasajeros, entre muchos otros tópicos que afectan a la sociedad dominicana.

La población ansía conocer cuándo el presidente que la gobierna empezará a darle solución a los problemas que les afectan.

La población dominicana ansía saber cuándo su presidente, aunque sea una vez, deje en su glamorosa oficina los sacos, las corbatas y los perfumes franceses para acudir a un barrio empobrecido de Santo Domingo (como Villa Juana, de donde proviene), y diga: "Pueblo, yo no me olvido de mis raíces. Aquí estoy, dispuesto a escuchar, para empezar a dar soluciones a las dificultades que más les aquejan, porque yo soy el resultado de los votos con los cuales ustedes me favorecieron, sacrificando hasta su sueño, tirándose de la cama a la cinco de la mañana".

La población ansía que su presidente le diga:"el mundo vive una crisis sin precedente; debemos prepararnos para lo que pueda venir"; no que diga que esa crisis no afectará a la República Dominicana.

La población ansía un presidente con los pies sobre la tierra, humano, que se equivoque y diga que se equivocó, que cancele a los funcionarios corruptos de su gobierno, aunque sean sus más íntimos amigos, que no acepte chantaje de los empresarios, ni de los dirigentes sindicales.

La población ansía que su presidente se preocupe porque en los hospitales exista un buen personal médico, camas y medicinas. La población ansía que su presidente se preocupe por disminuir el desempleo, por elevar el nivel de la Educación y por buscarle techo a cientos de familias que viven en refugio, debajo de las muertes y a orilla de los ríos.

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