Los dominicanos hemos perdido la tranquilidad tan necesaria para la vida. Esto nos aleja caracteres propios del desarrollo económico y social. Los valores, es lucha para mantenerlos, defenderlos, procurando no hacer daño a nadie. Desde la ventana observo el jardín y disfruto la presencia del todo.
El tránsfuga es su propio fotógrafo al no tomar la vida en serio.
Los que enriquecen violando las leyes de la naturaleza y de los hombres, ya están condenados. La ley intemporal no es un adorno, es la necesidad del espíritu humano, tan vital como el aire y el agua.
Varias las conductas por medio de la moderación, no nos atrae, como creí en la pobreza nunca tuve un reloj. Hoy sería el uso y consumo de lo innecesario. El hijo, que no es mi naturaleza. La sencillez es paz, el tiempo en sí es de Dios.
Los males que jamás imaginé ver en esta sociedad, nos indican que el amor es el tumbo a seguir buscando como ciudadano ser el cambio que deseo ver.
Recuerdo en el año 1954 estudiaba artillería moral, en la Base Naval Anacostia, Armada de los Estados Unidos, Washington DC. Por la televisión me entretenía con el simpático Groucho Marx. Los viernes por la noche decía: “El secreto de toda vida es la honestidad”.
Por la televisión observo que la humanidad, todas las clases sociales están inseguras. Los reclamos están presentes. Aquí observo la llamada Marcha Verde y me digo: Las soluciones sociales de las comunidades las resuelve la unión en orden con la fuerza del derecho natural a una vida en libertad y bienestar. Hemos nacido para la justicia y el derecho no se funda en convenciones. Insistiendo en el carácter necesario de la sociedad humana. Que se aplique la distinción entre lo justo y lo injusto. La ley es el reclamo.
Durante las inquietudes juveniles leí al poeta latino Andrés Pietole, que prefería lo llamaran Virgilio. Me introdujo en las Bucólicas y las Geórgicas. Se quedó en el almacén de las neuronas su pensamiento. “No te rindas ante las dificultades: al contrario, procura vencerlas”. Esto es para hombre y el dominicano sabe serlo.
Nuestro invitado de hoy. Horacio: “Quien vive temeroso no será nunca libre”.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana
