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Meditabundo: Recordando a Mahatma Gandhi

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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La mañana del 13 de julio 2017, estuve en la Primera Brigada del Ejército República Dominicana, escuchando al licenciado David Núñez miembro de la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental, disertando el tema Ética y Moral. Fue una magnifica educadora presentación con pensamientos filosóficos hindúes y varias citas entre ellas de Mahatma Gandhi.

Como de costumbre antes de ir a la almohada reviso lo vivido y las inquietas oxidantes neuronas presentaron mi bitácora con datos de Gandhi. Me permito dedicar al culto amigo licenciado David Núñez estas vivencias de mis años mozos.

De mi bitácora: 23 de agosto 1953 en la Biblioteca Pública. Cannes, Francia, en el idioma de Rosseau y traduje al de Séneca, me encontré con el fuerte espíritu de Gandhi. Este hombre con fuerza interior invencible, de un ser superior estremeció y venció al monstruo, Inglaterra. La dio a conocer al mundo como lo que era, gran usurpadora de la libertad humana y del amor del hombre por el hombre. Tiranía.

La práctica de la ausencia de la violencia nos concentra en la meditación, impulsa a tomar datos. En la quietud del camarote y la sublime sinfonía del viento que baja de los Alpes entra por la Claraboya, es que Gandhi continúa sumergiéndome en mi mismo y me llega la Gran Voz del silencio cuando leo los apuntes que copié de la historia de este padre de la libertad de la India. Así me habló: “Lo que somos, nosotros mismos lo hemos hechos. Cuanto mayor conoce el ser humano su yo, tanto mayor es su progreso. Una persona no debe nunca suprimir su voz interior, ni siquiera cuando está solo. Solo Dios sabe lo que somos, pero no nos dice. Por eso, lo mejor es que no busquemos ni creamos saber absolutamente nada de nosotros. Somos lo que somos y no ganamos nada sabiendo o creyendo saber que es lo que somos. Lo único que verdaderamente importa es cumplir con el deber”.

Aquí Gandhi nos recuerda al filósofo Zenón de Citio cuando disertaba acerca del deber como una acción moral, puntualizando que lo más importante es el deber cumplido.

Gandhi nos pone a seguir lo que entendemos como el autoconocimiento, y más en su decir. “Lo mío es un pequeño error; lo de los demás son tremendas equivocaciones. Quien así piensa vive en una ignorancia abismal. No conocer los propios errores significa volver a repetirlos y cometer el pecado añadido de encubrirlo. Un error solo deja de serlo cuando se rectifica. Si se encubre, se encona como un absceso y acaba convirtiéndose en un peligro. Es asombroso comprobar hasta que punto es capaz el ser humano de engañarse a si mismo. El mero hecho de reconocer el mal no sirve para eliminarlo. Hay que hacer todo lo posible para que no se produzca. El ser humano sabe cual es su obligación y sin embargo no hace lo que sabe que debe hacer. ¿Por qué?

Hay cosas que el ser humano hace con palabras de su boca, otras mediante la observación del silencio, y otras mediante la acción. Si todo lo que hace está sustentado por el conocimiento, entonces es realmente acción”.

Han pasado sesenta y nueve veranos que el inmenso, siempre presente Gandhi inundó nuestra alma de inquietudes espirituales. He vivido con la fe firme que me fortaleció haciéndome un Psicorigido o un apático como Zenón de Citio explicó en su Stoa Poikilis, necesario para cumplir con el deber. Lema de su escuela Estoica, siglo V ac. Atenas. Esta enseñanza nos exigió autoanálisis y firme disciplina. Convencido estoy, cuando no se avanza, crece, es porque el espíritu se quedó en la materia, posibilidad de ser hombre. Se es varón, su alma es la misma, vive a oscuras, cubierto de sombras, ausencia de valores. Lo observo, y se presenta un abismo, naufrago en los mares procelosos de la parte del autoconocimiento.

Nuestro invitado de hoy: Mahatma Gandhi. “El pecado no permanece oculto. Está escrito en el rostro de los seres humanos”. “Quien sigue el camino de la verdad no tropieza”. Palabras a un amigo.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana

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