La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una irreversible. Se caracteriza por la disminución del flujo de aire en los pulmones, que puede afectar tanto a hombres como a mujeres y que tiene entre sus principales factores de riesgo al tabaquismo.
También la exposición prolongada e intensa a humo de leña, como se usa en algunos lugares del campo para cocinar o calefaccionar los ambientes.
La polución ambiental, por su parte, también es considerada perjudicial, pues puede provocar el agravamiento de los síntomas, sobre todo en las grandes ciudades como Buenos Aires o Santiago de Chile, dos de las consideradas en el estudio PLATINO (Proyecto Latinoamericano de Investigación en Obstrucción Pulmonar), que en sus resultados muestra que en las cinco grandes urbes que participaron en el relevamiento, el porcentaje de pacientes que presentaron obstrucción del flujo aéreo va del 7,8 al 19,9% de la población.
Esto genera que la EPOC vaya camino a convertirse según las predicciones y teniendo en cuenta además que está directamente asociada a las enfermedades cardiovasculares e inflamatorias y al cáncer de pulmón entre otras en la tercera causa de muerte a nivel mundial, para el año 2020.
Ya hoy la EPOC es una de las principales causas de muerte, e incluso la única que ha aumentado su tasa de fallecimiento, sin mencionar que hasta el 75% de las personas que la padecen presentan serias dificultades para llevar adelante actividades de la vida cotidiana como vestirse, bañarse o subir y bajar escaleras, explica Alberto López Aráoz, especialista a cargo del Servicio de Broncoscopía del Hospital Universitario Austral, desde la Argentina.
La enfermedad se clasifica en distintos grados de acuerdo al compromiso de la función respiratoria. El tratamiento se adecua a estos estados. El primer aspecto se relaciona con el abandono del cigarrillo, pero además se considera el uso de medicación broncodilatadora de acción prolongada, corticoesteroides inhalatorios (que normalmente se utilizan en forma asociada) y de derivados atropinicos.
No obstante, para mejorar la calidad de vida es vital la rehabilitación respiratoria. En las formas más avanzadas el suministro de oxígeno juega un papel muy importante. Por último, algunas formas de la enfermedad se benefician con algún tratamiento quirúrgico destinado a reducir el volumen de los pulmones.
Un importante número de pacientes desconocen su enfermedad y desvalorizan los síntomas más tempranos, perdiendo la oportunidad de realizar una consulta en la cual, mediante algunas pruebas simples de función pulmonar, describe Aráoz, que además preside de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).