La Superintendencia de Bancos de la República Dominicana ha aplicado las Pruebas de Estrés al Sistema Bancario Dominicano. Los resultados muestran que ante un escenario macroeconómico adverso, el sector mantendría un índice de solvencia superior al 10% establecido en la Ley Monetaria y Financiera No.183-02, y ningún banco requeriría capital adicional para alcanzar el nivel mínimo exigido.
Las Pruebas de Estrés son una medida de la exposición al riesgo de un grupo de instituciones financieras a un escenario macro o micro financiero particular, ya sea histórico o hipotético.
El objetivo principal de las Pruebas de Estrés aplicadas al Sistema Bancario Dominicano en Junio 2010, ha sido identificar con antelación posibles vulnerabilidades comunes a través de cambios en los actuales escenarios macroeconómicos y microprudenciales que pudieran poner en riesgo la estabilidad del Sistema Financiero. La finalidad de estas pruebas consistieron en evaluar la fortaleza del patrimonio y solvencia del Sector Bancario y de los bancos individuales para resistir shocks económicos adversos y cambios de dirección en la aplicación de algunos aspectos relacionados al Reglamento de Evaluación de Activos.
Los escenarios de estrés elaborados por la Superintendencia de Bancos evalúan y miden el impacto sobre el Sistema Bancario de las variables macroeconómicas: tasa de crecimiento del PIB Real; cambio en la Emisión Monetaria; Tasa de Inflación; Depreciación del Tipo de Cambio; variaciones en las Tasas de Interés Activa y Pasiva de la banca múltiple en pesos y dólares a 90 días. Específicamente el impacto se mide sobre la evolución de los Activos, Pasivos, Cartera de Crédito, Calidad de la Cartera, Liquidez, Rentabilidad, así como sobre los riesgos financieros asociados a los escenarios macroeconómicos base e hipotético definidos.
Las Pruebas de Estrés se realizaron para los 12 Bancos Múltiples vigentes a Marzo del 2010, los cuales tienen una participación de 81.3% en los activos totales del Sistema Financiero. Para el desarrollo del ejercicio, se partió de las informaciones reales a Marzo del 2010, y, a partir de ahí, se computaron los deterioros a nivel macroeconómico y del sector financiero para los siguientes tres trimestres del año 2010.
Ante un escenario macroeconómico adverso asociado a un crecimiento anual acumulado del Producto Interno Bruto Real de sólo 2.4%, es decir, suponiendo una contracción de 0.0% en el segundo y tercer trimestre y un crecimiento de 2.0% en el cuarto trimestre del 2010; una tasa de inflación anualizada de 6.0%; tasa de emisión monetaria de 5.0%; depreciación del tipo de cambio de 10.0%; un incremento de la tasa de interés activa a 90 días en pesos a un nivel de 14.0%; y tasa de interés pasiva en dólares de 2.2%, los resultados reflejan un crecimiento real negativo para el sector bancario agregado.
Los activos totales del sector aumentarían, en términos nominales, 1.5%; la cartera de crédito crecería sólo 5.4%, presentando un deterioro en su calidad, con un incremento de 20.4% en el total de créditos vencidos, pasando el indicador de morosidad de 4.09% en marzo a 5.45% en diciembre del 2010, lo que generaría un requerimiento adicional de provisiones de RD$6,599.2 millones. Asimismo, las captaciones del sector aumentarían apenas 5.4%, lo que evidencia que la capacidad de ahorro interno de la economía se reduce ante un escenario de inestabilidad macroeconómica. Con respecto a la liquidez, las disponibilidades del sector aumentarían en 11.4% y representarían el 30.5% del total de captaciones.
Bajo este escenario, la rentabilidad del capital promedio (ROE) del sector disminuiría de 34.1% en marzo a 20.3% en diciembre del 2010, debido a que la mayoría de los bancos registrarían una significativa disminución de sus utilidades, alcanzando siete (7) entidades rentabilidades del capital negativas. Con respecto al nivel de eficiencia, el indicador Cost/Income se situaría en 86.2%, lo que significaría que de cada peso generado le costaría al sector RD$0.86 centavos producirlo.
En materia de riesgos, los resultados muestran en niveles bajos los riesgos de liquidez y mercado, aunque a nivel individual se observan entidades con exposiciones por encima del promedio del sector. Asimismo, se observa que el riesgo de mayor impacto es el de crédito, principalmente el asociado a la cartera de crédito comercial. No obstante, los resultados revelan que el Sector Bancario tiene la capacidad de resistir y enfrentar las exposiciones derivadas del escenario macroeconómico adverso planteado.
Los resultados muestran el Sistema Bancario Dominicano mantendría un ratio de solvencia de 17.2%, por encima del 10% límite establecido en la Ley Monetaria y Financiera No.183-02, reflejando que cada uno de los bancos tienen suficiente capital para absorber choques económicos adversos, sin poner en riesgo la estabilidad del sector.
Por otra parte, los ejercicios de estrés reflejan que el Sector Bancario es altamente sensible a choques microprudenciales tales como una reclasificación de la cartera de crédito, un aumento de los créditos vencidos y un deterioro de las garantías admisibles que sustentan los préstamos. Ante un shock de reclasificación del 10% de la cartera comercial clasificada en “A” hacia la “E”, el Índice de Solvencia disminuiría de 14.2% a 12.9%, y el sector registraría una rentabilidad del capital promedio nula. A nivel individual, se observa que dos (2) bancos necesitarían ser recapitalizados, debido a que requerirían constituir provisiones por montos superiores a la rentabilidad acumulada y proyectada a diciembre del 2010.
Finalmente, las pruebas de estrés permiten concluir que ante un escenario de inestabilidad macroeconómica asociado a una recesión, el Sistema Bancario Dominicano mantendría un Índice de Solvencia por encima del nivel exigido en la Ley Monetaria y Financiera No.183-02; y que factores microprudenciales como los mencionados en este análisis tendrían un impacto mayor sobre la solvencia y rentabilidad del sector.
