Las vuvuzelas invaden Juegos de Mayaguez

MAYAGÜEZ, Puerto Rico.- Las vuvuzelas que causaron furor en la Copa Mundial de fútbol de Sudáfrica se han convertido en una atracción en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en los que los puertorriqueños las han incorporado al despliegue que hacen con sus tradicionales tambores.

Después de seis días de competiciones, los aficionados se han contagiado con la moda de las vuvuzelas y los vendedores hacen su agosto con precios no precisamente bajos.

"Es la nueva moda, después del Mundial se ha regado, de niño usé algo parecido a estas trompetas, suenan duro", dijo a Efe Roberto Soto, un señor de Isabela, pueblo alejado a unos 45 minutos de Mayagüez, que compró el sonoro instrumento en ocho dólares.

Son de plástico, en colores rojo y azul y aunque la mayor parte de las veces transmiten alegría, ya han causado más de un problema.

En la natación, un hincha la hizo sonar a la hora de la salida de la final del relevo 4×200 metros libres femenino y la competidora mexicana la confundió con el disparo de salida, se movió, y la descalificaron.

Los mexicanos protestaron, pero no les hicieron caso, aunque a partir de ahí la organización ha pedido a los asistentes silencio antes de cada final.

Las vuvuzelas, cuyo nombre parece originarse de la palabra "vuvu", que en idioma zulú significa ruido, han sido suspendidas en las ligas de fútbol de Perú y Rumanía, la de rugby de Nueva Zelanda y la de béisbol de Venezuela, pero en Puerto Rico no han creado polémicas porque aún su uso no es masivo.

"Compré una a mis hijos en el Mundial, yo le iba a México por Claudia, mi esposa mexicana, y de ahí se ha tomado esta moda que va a durar poco, la mía costó nueve dólares, creo que me cobraron un dólar más", dijo Jeffrey, un maestro universitario que ha cargado con su trompeta a las justas de saltos y voleibol.

Si bien los centroamericanos y caribeños están más acostumbrados a los tambores, el uso de las vuvuzelas no ha creado conflictos en los Juegos y la gente la usa para apoyar a los puertorriqueños o a los de otros equipos en el caso de extranjeros.

Eduardo llegó de Panamá con sus tres nietos y los tiene haciendo ruido en los estadios.

"Ya ves como son de traviesos, pero a los nietos no les niega nada", dijo mientras sus chicos se convertían en el espectáculo en el primer partido de béisbol de Panamá.

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