Pekín.- El Ministerio de Salud chino obligará a todos los hospitales y centros médicos a que le informen en el plazo de 72 horas de todos los trasplantes que realicen, una medida que surge a raíz de escándalos por ventas ilegales de órganos a extranjeros, informó hoy la prensa oficial.
Según el diario estatal en inglés "China Daily", cada caso deberá informarse a las autoridades o de lo contrario los centros médicos perderán su licencia para operar, de acuerdo con una circular ministerial.
La medida se añade a otras surgidas en los últimos años para frenar el tráfico ilegal de órganos en el país asiático, en el punto de mira de muchos observadores internacionales por el extendido uso de ejecutados para este tipo de operaciones.
En 2007, China aprobó regulaciones que prohibían el tráfico de órganos y sólo permitían que donantes vivos cedieran sus órganos a sus familiares, pero la prensa oficial reconoce hoy que "algunos hospitales, movidos por los altos beneficios y la demanda, se arriesgan a violar la ley llevando a cabo intervenciones a extranjeros que están dispuestos a pagar altas sumas".
De acuerdo con responsables hospitalarios, la nueva normativa de las 72 horas dificultará a los centros de trasplantes preparar falsa información sobre la nacionalidad del operado, así como otras malas prácticas.
Antes, se requería informar mensualmente de estos procedimientos, no en tres días.
Uno de los médicos citados por "China Daily", Li Ning (director del Beijing Youan Hospital), aseguró que muchas de las irregularidades se han registrado en hospitales afiliados al ejército chino, institución muy poderosa económicamente y que se precia de tener los mejores centros hospitalarios del país.
El 65 por ciento de los órganos para trasplantes en China proceden de prisioneros ejecutados, según publicó el pasado año el propio "China Daily".
Los trasplantes de órganos, prácticamente inexistentes en China hasta 2001, aumentaron a partir de esa fecha hasta una cifra de más de 40.000 hasta 2005.
A pesar de estas cifras, un estudio gubernamental en 2009 indicó que un 80 por ciento de los 1,5 millones de chinos que necesitan trasplantes mueren sin ser operados por falta de donantes.